Así
lo expresó la especialista del Departamento de Salud Mental y Adicciones,
Verónica Buiatti, en referencia a esa dependencia que genera miedo irracional a no tener el celular o
quedarse sin Internet en el dispositivo.
Quienes
sufren nomofobia están continuamente
pendientes de su teléfono móvil, hasta el punto de abandonar otras facetas de
su vida diaria, incluso las relaciones familiares, de pareja y, en general,
cualquier otro aspecto de la vida que podría requerir de atención.
Por ejemplo,
el nomofóbico puede llegar a evitar viajar o acudir a zonas en las que la
cobertura puede ser deficiente, porque eso supondría su “desconexión”. O bien,
puede eludir lugares en los que no disponga de una fuente de electricidad
cercana en la que poder conectar su dispositivo, por miedo a quedarse sin
batería.
Se trata de un trastorno que
fue creciendo en los últimos años debido a la mayor facilidad de adquisición de
un Smartphone, y al auge de las redes sociales.
“Desde hace
un tiempo se detectó esta problemática. Uno los miedos de mayor impacto del
siglo XXI, ya que provoca altos niveles de frustración, estrés, ansiedad y
angustia. Es considerado un trastorno del mundo moderno, por este miedo extremo
y a veces hasta irracional, no tan solo a perder u olvidarse su dispositivo
móvil, sino también a la falta de señal, datos, batería o saldo en la línea. Se
podría equiparar también con un tipo de fobia, con esta sintomatología común de
nerviosismo o angustia que a veces es vivido con taquicardia, dolores de
estómago y pensamientos obsesivos”, dijo Buiatti.
Según la
especialista, otro efecto dañino se produce a través del insomnio.
Algunos
llegan al punto de alterar su sueño hasta despertarse en innumerables ocasiones
durante la noche, con el fin de comprobar que siguen disponiendo de conexión y
consultar actualizaciones en sus redes sociales.
• Causas: Suelen ser bastante evidentes. Con frecuencia, la adicción a los teléfonos móviles es su principal origen, provocando el miedo a carecer de la falsa fuente de satisfacción que produce la consulta compulsiva del teléfono.
• Factores relacionados: imposibilidad para comunicarse con otros, la pérdida de conexión, la incapacidad de acceder a la información y la renuncia a la comodidad. En ese sentido, quienes padecen este trastorno suelen sentir picos de ansiedad, agobio, miedo y hasta llegan a sentirse paralizados en el caso de no poder comunicarse mediante su celular.
“El temor a
la desconexión tiene que ver con un ideal social, que es una suerte de mandato,
de estar permanentemente conectados. Abarca a todas las edades y clases
sociales; y se profundizó en la pandemia con la virtualidad. Por eso es
necesario reforzar los lazos sociales, detectar este trastorno y hacer la
consulta a los profesionales (médicos psiquiatras, psicólogos) para elaborar
una estrategia terapéutica que dé respuesta a esta afección”, finalizó Buiatti.