Mensaje del Santo Padre al IV Foro de París por la Paz, que comienza hoy y se extiende hasta el 13 de este noviembre.
Que esta "oportunidad de encuentro y reflexión"
sea "fructífera y contribuya a promover la paz, el buen gobierno y un
futuro mejor para todos"; además, “ayudas a salir mejor de la pandemia de
Covid-19”, fue el deseo del papa Francisco expresado en el mensaje enviado a
los participantes en el IV Foro de París por la Paz. .
“En esta fase histórica, la familia humana se enfrenta a
una elección”, señala el Papa: “La
primera posibilidad es la del llamado retorno a la normalidad. Pero la realidad
que conocíamos antes de la pandemia era que la riqueza y el crecimiento
económico estaban reservados para una minoría, mientras que millones de
personas no podían satisfacer las necesidades más básicas y llevar una vida
digna; un mundo en el que nuestra Tierra fue saqueada por una explotación miope
de recursos, de la contaminación, del consumismo 'desechable' y heridos por
guerras y experimentos con armas de destrucción masiva”.
"Volver a la
normalidad -explica Francisco- significaría
también un retorno a las viejas estructuras sociales inspiradas en la
autosuficiencia, el nacionalismo, el proteccionismo, el individualismo y el
aislamiento y excluir a nuestros hermanos y hermanas más pobres".
“¿Es este un futuro que podemos elegir?”, interpela el
pontífice.
“En este mundo globalizado pero desgarrado, las decisiones que tomamos hoy para salir de la crisis determinan el curso de las generaciones venideras. A menudo perdemos de vista el hecho de que somos una comunidad global y que nadie se salva solo, que solo podemos salvarnos juntos”. Por eso, según el Papa, "necesitamos una nueva salida: debemos trabajar juntos para salir mejor que antes".
Trabajar juntos para salir mejor que antes
"No puede haber cooperación
generadora de paz sin un compromiso colectivo concreto en favor del desarme
integral", indica convencido el Santo Padre en su mensaje y subraya
que "el gasto militar mundial superó ya el nivel registrado al final de la
Guerra Fría y aumenta sistemáticamente cada año".
"Las clases dominantes y los gobiernos justifican
este rearme refiriéndose a una idea abusada de disuasión basada en el
equilibrio de los suministros de armamentos", denunció Francisco.
"En esta perspectiva, los Estados se inclinan a
perseguir sus propios intereses principalmente sobre la base de 'uso o amenaza de la fuerza’. Este
sistema, sin embargo, "no garantiza la construcción y el mantenimiento de
la paz", observa el Papa, recordando que "la idea de la disuasión en muchos casos ha resultado ser falaz y ha
dado lugar a tragedias humanitarias a gran escala".
"El criterio de paz basado en el equilibrio
de armamentos debe ser reemplazado por el principio de que la verdadera paz
sólo se puede construir en la confianza mutua", fue el deseo de Juan XXIII
en Pacem in terris, relanzado por Francisco.
“La lógica de la
disuasión -enfatiza además el Papa- se
asoció con la lógica del mercado liberal de que los armamentos pueden
considerarse a la par con todos los demás productos manufacturados y, por lo
tanto, como tales, libremente comercializables en todo el mundo. Por tanto, no
es casualidad que durante años hayamos presenciado sin crítica la expansión del
mercado de armas a nivel mundial”.
Un compromiso concreto en favor del desarme integral
“La pandemia fue una revelación para todos nosotros sobre
las limitaciones y deficiencias de nuestras sociedades y nuestros estilos de
vida. Sin embargo, en medio de esta realidad sombría, tenemos que tener
esperanza”, destaca Francisco.
El pontífice invita en su mensaje a una "esperanza responsable",
que "nos invita a soñar en grande y dar espacio a la imaginación de nuevas
posibilidades".
"La esperanza
es audaz y anima a la acción sobre la base de la conciencia de que la realidad
se puede cambiar", argumenta el pontífice, esperando que "la tradición cristiana, en particular la
doctrina social de la Iglesia, así como otras tradiciones religiosas, puedan
contribuir a asegurar en su encuentro la esperanza confiable de que la
injusticia y la violencia no son inevitables, no son nuestro destino”.
“Ante las consecuencias de la gran tormenta que sacudió
al mundo, nuestra conciencia nos llama a
una esperanza responsable –escribe el Santo Padre - es decir, en términos
concretos, a no seguir el camino fácil de volver a una 'normalidad' marcada por
' injusticia, sino aceptar el desafío de asumir la crisis como una oportunidad
concreta de conversión, transformación, de repensar nuestro estilo de vida y
nuestros sistemas económicos y sociales”.
“La esperanza responsable nos permite rechazar la tentación
de las soluciones fáciles y nos da el valor de seguir por el camino del bien
común, del cuidado de los pobres y de la casa común”, asegura Francisco.
“No desperdiciemos esta oportunidad de mejorar nuestro
mundo; Adoptar decididamente formas más justas de lograr el progreso y
construir la paz”, concluyó.
Fuente: AICA