Este día -15 de septiembre- fue instituido por la Naciones Unidas en la Res. N° 62/07. Una columna con enfoque cooperativo acerca de los conflictos sociales y políticos
Escribe José Yorg, el cooperario.
“Cada época tiene sus neurosis, y cada tiempo
necesita su psicoterapia.” Viktor Emil Frankl.
“Para que una revolución tenga éxito debe redescubrir
valores ya olvidados y adaptarlos a las exigencias de la época.” Rabindranath
Tagore.
“El que no posee el espíritu de su época, posee todas sus
miserias.” Voltaire
El propósito de estas reflexiones desde el cooperativismo
acerca de los conflictos sociales y políticos tienen que ver con exponer
claramente nuestra posición sobre lo que todos los días vemos: el hartazgo del
pueblo sobre la mediocridad política y social desplegada desde el sistema de
partidos políticos y de la democracia representativa que no da respuesta a los
problemas vitales.
El cooperativismo, como cuerpo teórico y filosófico que
conjuga con las ciencias, surgió como reacción ante la injusticia social de la
revolución industrial, es decir, se alzó a la faz de la tierra como un
movimiento contestatario a la expoliación, creando una nueva organización
socio-económica, disputando el mercado capitalista por medio de su herramienta,
las cooperativas, en pos de resolver los problemas vitales del pueblo.
Sin embargo, este movimiento, profundamente humanista, al
igual que otras corrientes libertarias, igualitarias e emancipadoras, sufren
desvirtuaciones de todo tipo, en caso concreto, el accionar economicista daña
profundamente, sin dudas.
Esas tendencias economicistas del cooperativismo hacen de
las suyas, dejando poco margen para contrarrestarlas, han sido, estas
tendencias desviacionistas e involucionistas, colonizadas también y para peor,
por la mediocridad política y social, puesto que son utilizadas de manera
bastarda, como ocurre con las cooperativas truchas dependientes de las
municipalidades.
Entonces, superado nuestro pudor, decimos que
la importancia y oportunidad de estas reflexiones están expresadas
porque las realizamos dentro de un escenario muy complicado para las
clases olvidadas y golpeadas por un neoliberalismo aún vigente y actuante, en
el que es imprescindible remarcar y rememorar con fuerza que otra forma de
organización social y política es posible, que el cooperativismo formó parte alguna
vez de un Plan Quinquenal de desarrollo industrial argentino, exitoso y que
marcó todo una época de justicia social.
Que las ideas que alberga el cooperativismo fueron
valoradas profundamente, a tal punto que la educación cooperativa escolar y
juvenil tuvo su organización de conducción nacional.
Pensamos y así procedemos, que el actual ambiente de
injusticia social ya desató y generó la ocasión de intensificar los
cuestionamientos a los decisores políticos, desde todo punto de vista humano,
desde el sentido más elemental, del sentido común, hasta desde las exposiciones
con fundamentos científicos que así lo confirman, y nos llama a superar la
mediocridad política y social impuesta.
Doctrina
cooperativa
Recientemente decíamos por los medios de comunicación
social que “Reflexionamos desde la doctrina de la cooperación que conjuga
la filosofía y la ciencia, ella juzga y propone un cambio en las relaciones
sociales y económicas, máxime en estos momentos en que todo pareciera indicar
que estamos socialmente sentados en un volcán que pudiera explotar”.
El reciente final del conflicto bélico en Afganistán nos
dice mucho sobre el hartazgo de los pueblos a ser sometidos, más allá de
cualquier consideración, pero además todo pareciera indicar que el sistema de
partidos políticos y la democracia representativa ya dejaron de ser
eficaces para un progreso y bienestar del pueblo en razón a que promesas sobran
pero nunca se concretan.
Se infiere, sin esfuerzo intelectual, que en la medida en que no se reorienten las políticas públicas hacia un nuevo modelo de gestión participativa, no se resolverá la actual situación explosiva debido al creciente desempleo, empobrecimiento y exclusión social, la pandemia incrementa el enojo social.
La insatisfacción social se evidencia y anuncia
reiteradamente que puede desencadenarse a escala poco controlable en geografías
como Formosa, antaño lugar tranquilo, hoy ya es escenario casi
natural de los cortes de rutas y protestas.
Mientras tanto, el cooperativismo, como teoría y
práctica, que surgió en el Siglo XIX y que hoy se desenvuelve evidenciando una
realidad comprobable a simple vista, cual es estar en función de resolver
organizadamente los problemas de desempleo, de producción, de educación ,de
salud, etc., su lucha contra la pobreza es proverbial en todo el mundo.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!