En el Día Mundial y Nacional de la Prevención del Suicidio entra en vigencia la norma que fue votada en 2015 y llevaba 7 años sin reglamentar. Actualmente, una de cada 100 muertes en el mundo es por personas que deciden quitarse la vida.
El Gobierno reglamentó este viernes la Ley Nacional de
Prevención del Suicidio, que tiene por objeto la disminución de la incidencia y
prevalencia del suicidio, a través de la prevención, asistencia y posvención.
Así lo hizo a través de
la publicación del Decreto 603/2021 en el Boletín Oficial, que en sus
considerandos subraya, entre otros aspectos, que la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) consideran al
suicidio como «un grave problema de salud pública de carácter prevenible
mediante intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos».
«Resulta indispensable
dictar las normas reglamentarias que permitan la inmediata aplicación de las
previsiones contenidas en la citada Ley Nacional de Prevención del Suicidio Nº
27.130», plantea el Poder Ejecutivo en los considerandos de la reglamentación
de la norma, que lleva las firmas del presidente Alberto Fernández; del jefe de
Gabinete, Santiago Cafiero; y de los ministros Carla Vizzotti (Salud), Juan
Zabaleta (Desarrollo Social) y Nicolás Trotta (Educación).
De esta forma, el Gobierno nacional dio un paso vital para
la puesta en marcha de esta norma, que había sido votada por unanimidad de
ambas cámaras del Congreso en 2015 y que llevaba entonces ya siete años sin
reglamentar, y, por ende, sin efectiva aplicación.
Según había anticipado
ayer en diálogo con Télam el subsecretario de Gestión de Servicios e Institutos
del Ministerio de Salud, Alejandro Collia, la reglamentación oficializada este
viernes, en el marco del Día Mundial y Nacional de la Prevención del Suicidio,
fue «consensuada
con todas las jurisdicciones, la comunidad científica, universidades y la
sociedad civil, y con todos los actores que forman parte de la implementación
de la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657, ley marco que cambió el paradigma
dándole una visión social y comunitaria a la atención, que pone en el centro de
la escena a la persona como sujeto de derecho y se lo aborda desde una mirada
global, que incluye esta problemática».
En diálogo con Télam, el
subsecretario de Gestión de Servicios e Institutos del Ministerio de Salud,
Alejandro Collia, había dicho que «el suicidio es una problemática de salud
pública mundial y de la Argentina, prevenible y multicausal».
En cuanto a las tasas de
mortalidad por suicidio, señaló que «varían en el mundo pero en la Argentina tiene alrededor de 10 muertes
cada 100 mil habitantes por año», mientras que «Estados Unidos está en 12 y
Corea del Norte en 28».
El Ministerio de Salud
detalló que los signos de alerta son:
- aislamiento,
- persistencia de ideas negativas,
- dificultad para comer,
- dormir y trabajar,
- desesperanza,
- llanto inconsolable,
- repentino cambio de conducta
Los suicidios en Argentina entre 2010 y 2019
El funcionario indicó
que «la Argentina tuvo entre 2010 y 2019
alrededor de 31.000 muertes por suicidio» y «las franjas etarias que mayor
prevalencia tienen son las de los 15 a 29 años y de 25 a 39, pero también
depende de los países y los diversos factores culturales, socio económicos,
psicológicos, biológicos, ambientales, porque esta es una problemática
multicausal».
Collia indicó que la
reglamentación plantea -entre otras cuestiones- tres intervenciones claves como
la de fortalecer la atención de esta
problemática en los centros de salud, que son el primer nivel de atención, mejorar la vigilancia epidemiológica, y
que cada jurisdicción disponga de una
línea telefónica para la atención de esta problemática las 24 horas.
A su vez, detalló que en
este momento se está incluyendo
medicación para los problemas de salud mental dentro de los botiquines del Plan
Remediar, sumado a una fuerte estrategia de capacitación para los
integrantes de los equipos de salud a través de las plataformas del Ministerio
de Salud.
En paralelo, las
autoridades sanitarias argentinas están avanzando en colaboración con la OPS en
determinar lugares centinela, para tomar información precisa de las causas a
partir de la experiencia de distintos hospitales de referencia.
Suicidio y pandemia
Además, Collia destacó
el trabajo en conjunto con las distintas jurisdicciones del país, bajo la
rectoría del Ministerio de Salud, y aseguró que «en el contexto de la pandemia se
estima que en el campo de la salud mental hay una proyección de un aumento de
las consultadas de un 30 por ciento; y en relación a la problemática del
suicidio es clave el monitoreo y las acciones prevención, asistencia y
posvención».
A su vez, la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que cada año, más de
700.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que
corresponde a una muerte cada 40 segundos y que «los suicidios son prevenibles
con intervenciones oportunas», para las cuales es fundamental «un enfoque
multisectorial» y así mitigar los factores de riesgo, reducir los medios de
suicidio y potenciar los factores de protección, fomentar la resiliencia, que
pueden «reducir de manera eficaz las tasas de suicidio».
En su campaña de
concientización, el Ministerio de Salud detalló que los signos de alerta son:
aislamiento, persistencia de ideas negativas, dificultad para comer, dormir y
trabajar, desesperanza, llanto inconsolable, repentino cambio de conducta. Y se
puede colaborar en la prevención reconociendo estas señales, mostrando interés
y apoyo, respetando las diferentes expresiones de sentimientos, eliminando
prejuicios.
Por último, Collia,
también se refirió a las acciones remotas que se están llevando adelante desde
que comenzó la pandemia, «algo muy importante para mantener los tratamientos
que también sirven para evitar y realizar seguimiento en caso de suicidios o
intentos de suicidios, con las tele consultas y tele recetas, la implementación
de nuevas prestaciones en el Sumar , y el trabajo con la comunidad mediante la
comunicación general del Ministerio de Salud».
Con respecto al programa
Sumar, señaló también su importancia en la posvención ya que incorporó una
prestación «con la que se realiza seguimiento de la familia en domicilio tanto
por intento de suicidio como por suicidio, no solo por la posibilidad de que
exista otra situación similar sino por todo el impacto emocional que genera,
que requiere el apoyo psicosocial».
Desde el año 2003, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con la Asociación Internacional
para la Prevención del Suicidio (IASP), impulsaron la conmemoración del 10 de
septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que representa
el compromiso mundial para trabajar desde los Estados y la sociedad civil en la
prevención.
En 2010, en la Argentina
la Cámara de Diputados de la Nación declaró el 10 de septiembre como el Día
Nacional de Prevención del Suicidio. Este año, la OPS propone como lema para concientizar
«crear esperanza a través de la acción».
Cifras y datos vinculados a conductas suicidas
Algunos datos y cifras
de la OMS/OPS y del Ministerio de Salud de la Nación que convalidan la
caracterización de la conducta suicida como una problemática sociosanitaria
prioritaria de alcance mundial:
·
703.000 personas se quitan la vida en el mundo.
·
Conlleva a una muerte cada 40 segundos.
·
Por cada suicidio consumado se estima que hay unos 20 intentos.
·
Una de cada 100 muertes en el mundo es por suicidio.
·
En 2019, fue la cuarta causa de defunción entre personas de 15 a
29 años en el mundo.
·
Es un fenómeno que afecta a todas las regiones del mundo.
·
Sin embargo, el 77% de los suicidios ocurridos en el 2019
ocurrieron en países de ingresos bajos y medianos.
·
Aunque la relación entre el suicidio y los trastornos mentales
está establecida, muchos suicidios se producen de forma impulsiva en momentos
de crisis, como una pérdida económica.
·
Se estima que 20 veces ese número pudo haber realizado intentos
de suicidio.
·
Hubo más de 31.000 muertes por suicidio en la Argentina en el
período 2010-2019.
·
La tasa argentina de mortalidad por suicidio fue de 7,3 por cada
100.000 habitantes en el 2019. No sufrió variaciones significativas en relación
a años anteriores.
·
Es mayor la incidencia de estas conductas en varones que en
mujeres.
Fuente: Télam