Basterra estuvo detenido en la ESMA de 1979 a 1983, donde
tomó fotografías de documentos que fueron claves durante los juicios de lesa
humanidad a genocidas de la última dictadura.
La Legislatura porteña reconoció a Víctor
Basterra, sobreviviente del centro clandestino de detención y exterminio que
funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), por su "compromiso
con la Memoria, la Verdad y la Justicia", en un encuentro virtual del que
participaron sus familiares, compañeros de militancia y referentes de
organismos de Derechos Humanos.
Basterra, conocido por aportar fotografías que tomó durante su cautiverio en la
ESMA a la reconstrucción de lo que ocurrió allí durante la última dictadura,
fue declarado, a sus 75 años, "Personalidad Destacada de la Ciudad de
Buenos Aires en el ámbito de los derechos humanos".
"Me dijiste siempre: que esto no se lo lleven de arriba", recordó
Liliana Pellegrino, quien conoció a Basterra en enero de 1980 en el sótano
de la ESMA y participó del homenaje desde Estocolmo, Suecia, donde reside
actualmente.
"Si hay alguien que logró que no se lo lleven de arriba, sos vos", agregó.
Los años en la ESMA
Basterra fue secuestrado y llevado a la ESMA en agosto de 1979 junto a su
compañera, Laura Seoane, y una de sus hijas, que tenía apenas unos días de
vida. Ellas fueron liberadas tras una semana de cautiverio. Permaneció
secuestrado, y desde principios de 1980, fue utilizado como mano de obra
esclava. En ese contexto, una de sus tareas era tomar fotografías para
hacer documentos de identidad falsos, que luego usaban los represores.
Cada vez que podía, Basterra revelaba una fotografía más de las necesarias y la
escondía en un cajón donde estaba el papel fotosensible, ya que los represores
no lo requisaban para evitar que se vele.
Conforme pasó el tiempo, los represores comenzaron a llevar a Basterra a la
casa de su familia para hacer visitas cortas, las cuales él aprovechó para
sacar a escondidas las fotografías.
Luego de haber estado secuestrado durante más de tres años, Basterra salió
definitivamente de la ESMA en diciembre de 1983.
En mayo de 1984, estando aún bajo vigilancia de los represores, llevó sus
fotografías y el recuerdo detallado de lo que vio en la ESMA a las oficinas de
la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).
"Un día nos contaste que fuiste el último en salir del centro
clandestino de detención y torturas ESMA, y que vos apagaste la luz", dijo
Mercedes Soyza Reilly, fiscal de la causa ESMA Unificada, durante el encuentro.
Y agregó: "Nosotras y nosotros te decimos que vos iluminaste los procesos
de justicia, que tu aporte fue indispensable para que los autores de los crímenes
más aberrantes cometidos contra la humanidad fueran condenados. Lograste
que no se la lleven de arriba".
Basterra fotografió a detenidas, instalaciones, vehículos y escritos, material
que tuvo valor probatorio en causas por delitos de lesa humanidad.
El material fotográfico que Basterra logró captar incluyó también retratos de
personas detenidas, instalaciones, vehículos y escritos, y constituyó a lo que
se conoce como "El informe Basterra", que tuvo valor probatorio
en diferentes causas por delitos de lesa humanidad.
Además de declarar en los procesos judiciales a los que fue convocado, realizó
recorridos por el Sitio de Memoria exESMA narrando lo vivido por él y sus
compañeros y compañeras de militancia, así como también participó de charlas
escolares y universitarias.
"Si bien quiero hacer la salvedad de que me abruma el nombramiento,
agradezco la iniciativa a mis compañeros y compañeras, y a la compañera
Victoria Montenegro. Los abrazo a todos", expresó Basterra a través
de una carta leída durante el encuentro, ya que él no pudo hablar por estar
atravesando una enfermedad.
Durante el homenaje también tomó la palabra una de sus hijas, María Eva, quien
dijo: "Si hay algo que nos enseñaron nuestros viejos fue a construir desde
lo colectivo, gracias por esa enseñanza, que es la que nos salva".
La diputada Montenegro afirmó: "Te reconocemos por el ejemplo y la
valentía. Por haber hecho posible, junto a otras y otros compañeros, la
búsqueda de verdad y justicia".
Y agregó: "No solo no se la llevaron de arriba, si no que sembramos
futuro. Hoy, miles de adolescentes abrazan la lucha de los 30.000".
La Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas también participó
del homenaje y agradeció a Basterra porque su "testimonio fue
valiente y solidario".