Como todos los años, la cosecha se inicia con ilusión por una gran
producción, aunque en el actual contexto aparece la preocupación por dónde
colocarla e la intriga que genera la política energética del gobierno de Milei.
Escribe: Matías Longoni para Bichos de Campo
En 1824, a pocos años
de que se declarase la Independencia en la Casa Histórica de Tucumán, un hombre
llamado Diego García -que había recibido tierras aledañas a esa ciudad por sus
servicios al Virreynato- fundó el ingenio Cruz Alta, el más antiguo de la
provincia que sigue funcionando. Este miércoles se celebró allí ese 200
aniversario, a la par de que se celebró la tradicional misa de inicio de la
zafra azucarera 2024.
La publicación “Bichos
de Campo” estuvo allí. (…)
La Estación Obispo
Colombres, que también es la experimental más vieja del país, se le adelantó un
poco y ya adelantó que se espera una muy buena zafra luego de tres años donde
los volúmenes fueron recortados por la sequía. No es la estimación más precisa,
porque todavía las cosechadoras ni salieron al campo (la mayoría lo hará la
semana que viene), pero ya se espera al menos 20% más de materia prima.
Según explicó a este medio Juan Carlos Mirande, presidente del
Centro Azucarero Regional de Tucumán, dice que se estima una oferta total de
3,1 millones de toneladas de azúcar equivalente (cada tonelada de caña que
ingresa al trapiche tiene un rendimiento industrial en azúcar del 10%), fruto
de una cosecha de 2,7 millones de toneladas esperadas, más unas 400 mil
toneladas de remanente de la zafra previa.
Si estos números se
cumplen, de nuevo el fantasma de la sobreoferta vuelve a sobrevolar por
Tucumán, donde todavía sobreviven unos 5.000 pequeños productores cañeros cuya
economía depende, y mucho, del valor del azúcar. Como buena parte de la
producción se realiza bajo el régimen de maquila (los cañeros cobran un
porcentaje del azúcar que se obtiene de su caña), suele suceder que si no hay
planificación, las ventas de azúcar mayorista (en bolsas de 50 kilos) son
abundantes en tiempos de cosecha y los precios se deprimen, perjudicando a toda
la economía.
En una entrevista que
concedió a Bichos de Campo, el gobernador Jaldo se mostró al tanto de esta
situación y exhortó a la cadena productiva -no solo de Tucumán, sino de Salta y
Jujuy- a coordinar acciones para canalizar del modo correcto los excedentes
productivos hacia el mercado, en los tiempos y volúmenes correctos como para
evitar un enchastre. “No es una buena noticia tener mucha materia prima. Para
nosotros es una buena noticia. Pero tenemos que coordinar muy bien una salida,
en especial los industriales”, dijo Jaldo.
Mirande, representante
de los industriales en esta discusión a nivel provincial (Tucumán tiene un
organismo que intenta una regulación del mercado), indicó que la demanda
interna de azúcar, tanto industrial como para consumo doméstico, podría rondar
las 1,7 millones de toneladas, mientras que a la exportación se destinan no más
de 150 mil toneladas anuales. Con la cuota actual del corte de naftas (de la
cual a los ingenios le toca 6%, porque otro 6% es bioetanol a partir de maíz),
el biocombustible demanda el equivalente a 600 mil toneladas.
Por eso hay dos
caminos posibles para tramitar los excedentes, aunque uno requiere decisiones a
corto plazo y otro tiene tiempos más largos, porque hay que realizar nuevas
inversiones: o se debe exportar más cantidad de azúcar (Jaldo habló de la
posibilidad de vender hasta 700 mil toneladas) o hacer más biocombustible. Pero
eso requiere que el gobierno nacional de Javier Milei también se meta en la
discusión, porque es el responsable de definir los cortes que deben aplicar
luego las petroleras.
Claramente en Los
Balcanes, los mayores productores de bioetanol azucarero, creen que ya es hora
de dejarse de idas y vueltas y que se debe definir de una buena vez un sendero
a la suba del corte de la nafta. Todos los gobiernos prometen hacerlo, pero
nadie lo decide. Se viene amagando con pasar del 12% al 15%, pero siempre se
interpone el lobby petrolero. De hecho la primera versión de ley Bases enviada
por Milei al Congreso era casi un compendio perfecto de ese lobby, que empeoraba
el horizonte más que ayudar a construirlo.
Rocchia Ferro, en
declaraciones a Bichos de Campo, se pronunció molesto por las idas y vueltas en
la política energética de los gobiernos. Y alertó que en la actual gestión
libertaria, el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, por ahora ha
ninguneado al sector de los biocombustibles, y no habilitó una discusión franca
para definir las nuevas reglas de juego.
De hecho, a modo de
ejemplo, el gobierno nacional está incumpliendo la ley vigente que obliga a esa
secretaría a fijar todos los meses un precio para el corte de los hidrocarburos
con biocombustibles. No lo hace desde febrero pasado, provocando no solo
incertidumbre en las empresas sino que éstas carguen con el peso de la
inflación. Por este motivo, Los Balcanes ya envió una carta documento a las
autoridades de Energía, reclamando que haga lo que debe hacer y fije nuevos
valores.
Por ahora la resistencia de las provincias productoras de biocombustibles, incluido Tucumán, obligaron al gobierno de Milei a quitar ese capítulo de la malograda primera versión de la Ley Bases. En la nueva versión que ahora comenzó a discutirse, el tema no figura.
Las provincias de la Liga Bioenergética, que incluya a Córdoba,
Santa Fe y Entre Ríos, además de las del NOA, quieren que ahora se incluya la
suba del corte en el proyecto que está empezando a negociar el ministro del Interior,
Guillermo Francos. De lo contrario, según dijo Jaldo, habrá una ofensiva
particular por el tema en el Congreso.
Cómo gesto a Milei,
Jaldo anunciando en el inicio de zafra dos cosas a la prensa provincial: que
Tucumán va a firmar el Pacto de Mayo y que también va a acompañar el trazo
grueso de la Ley Bases. “Desde el primer momento nos definimos como
dialoguistas”, se definió. Pero lo cierto es que por ahora en el sector
azucarero no se sabe demasiado bien si el gobierno de Milei mostrará finalmente
estos mismos gestos conciliadores.
Por eso la zafra 2024
comenzó, en el ingenio más antiguo de Tucumán, con mucha ilusión por la
recuperación de la producción, pero con preocupación respecto de cómo se va a
vender para evitar una nueva crisis azucarera, y con grandes dosis de intriga.
La pregunta que se hacen los productores
de biocombustibles, convencidos de que la Argentina debe comenzar a reducir el
consumo de hidrocarburos por combustibles renovables, es la siguiente: Milei,
¿la ve?
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