Especialistas en comunicación advirtieron
sobre los riesgos que comporta informarse a través de redes sociales,
plataformas que a menudo “comunican información sesgada”, y destacaron
además el rol de los medios tradicionales para “minimizar” la
circulación de información que “no está propiamente documentada”.
Ante el
anuncio de cierre de Télam por parte del presidente Javier Milei durante la
Asamblea Legislativa del 1 de marzo, funcionarios y legisladores se
hicieron eco de de estas declaraciones y desacreditaron el rol de la agencia,
en comparación con el crecimiento de las redes sociales.
Velocidad
versus credibilidad
En una entrevista televisiva en América, el
diputado porteño por La Libertad Avanza (LLA) Ramiro Marra consideró
innecesaria una agencia de noticias del Estado porque podría hacerse el
mismo trabajo “con una cuenta de Twitter (ahora X) porque va más rápido”.
El lunes 4 de marzo, los edificios de Télam
amanecieron vallados, los trabajadores fueron “dispensados” por una semana y la
web de la agencia fue dada de baja.
La canciller Diana Mondino se refirió a estos
sucesos en su cuenta de X: “Como cierra Télam y sé que muchos aún se
informan por ahí, les dejo el resumen de hoy tras el discurso de Milei”, junto
a un punteo de datos económicos del día sin detallar el origen de esa
información.
Verdad
versus verosimilitud
Al respecto, Ernesto Calvo,
profesor y jefe de área en la Universidad de Maryland, autor de artículos
vinculados a la política y las redes sociales, señaló que “los medios
tradicionales y las redes sociales cumplen distintas funciones”.
“Los medios tradicionales tienen
reglas, rutinas, prácticas, cuyo objetivo es minimizar la comunicación de
información que no está propiamente documentada”, destacó Calvo, a diferencia
de las redes que se guían por lo que denominó “la sabiduría de las multitudes”.
En estas plataformas, “la información que es convergente
para la mayoría de los usuarios, sobrevive y la información que es disonante,
muere”, explicó el docente universitario en diálogo con Somos Télam, y
advirtió que lo que “’no todos comunican
necesariamente lo ‘verdadero’, sino lo que la mayoría quiere”.
“Los riesgos de las redes sociales, por
tanto, están ligados a la falta de reglas, rutinas y prácticas periodísticas”.
Ernesto Calvo
En línea similar a Marra, la ministra de
Seguridad, Patricia Bullrich, fue la primera funcionaria de este Gobierno
en expresarse en torno a este tema, a fines de 2023: “Las noticias se dan por
Twitter, Twitter es mucho más importante que tener una agencia”.
En la mesa de Mirtha Legrand, donde acompañó
al presidente Javier Milei, comparó a Télam con la agencia británica Reuters,
que -afirmó- “tiene 200 trabajadores en todo el mundo, mientras que Télam tiene
más de mil en un solo país”.
Sin embargo, el propio director de Reuters
para América Latina, Adam Ramsay Jourdan, corrigió: “Tenemos 2.500 periodistas
de texto, fotografía y televisión cubriendo las noticias en oficinas de
todo el mundo”.
Télam cuenta hasta el momento con 780
empleados que desde el lunes no pueden entrar a los edificios donde trabajan ni
realizar sus tareas.
Natalia Aruguete, investigadora del Conicet y
docente universitaria, autora de más de cincuenta artículos sobre circulación
de discursos en medios y redes, señaló que “la circulación de noticias
mediáticas en redes sociales es distinta al tipo de consumo de noticias que se
podría hacer si uno tiene una actitud más activa de leer una home de
un medio o buscar un medio de manera voluntaria e intencional”.
“En redes sociales, las noticias se
mezclan con comentarios de otros colores, anuncios políticos, cuestiones
culturales, posteos de otros usuarios”, explicó Aruguete a Somos Télam.
En los últimos días, el presidente Javier Milei compartió en su cuenta de Instagram una imágen del actor Esteban Lamothe con la frase “Basta Milei” escrita en su mano, junto al texto “las manos que piden subsidio”.
En contraposición, bajo el título “las manos que pagan los subsidios”, se mostraba una mano herida, aludiendo a la labor manual de un trabajador.
La foto que circula con la leyenda en mi mano que dice “basta Milei” esta armada por alguien. ES FALSA. Acá dejo la original para que vean. Señor presidente @JMilei por favor deje las redes un ratito y se dedíquese a gobernar 🙏. Gracias. pic.twitter.com/sPofPLJvLt
— esteban lamothe (@estebanlamothe) March 8, 2024
El propio Lamothe corrigió al Presidente en
su cuenta de X, aclaró que la foto que dice ‘basta Milei’ es “falsa” y “está
armada por alguien”, y adjuntó el posteo original de octubre de 2020, donde se
ve escrito su nombre (Raúl Esteban) en su mano, como parte de una campaña por
el día nacional por el Derecho Identidad.
Las noticias compartidas en redes sociales
“son una porción muy pequeña del contenido consumido y compartido”, dijo la
investigadora Conicet.
Los
algoritmos y el sesgo
“El tipo de noticias con las que te encontrás
cuando scrolleas en las plataformas no es la que fuiste a buscar
por interés y voluntad, sino la que te llegó de manera aleatoria por
factores que tienen que ver con las dinámicas de distribución que tienen estas
plataformas”, señaló Aruguete.
En enero pasado Milei respondió con dureza a
un posteo de una cuenta de X asumiendo que se trataba del gobernador de la
provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y ante la advertencia de
sus seguidores debió admitir su error.
“En rigor a la verdad, lo dicho en la cuenta
fake es una tontería que bien podría haber dicho el verdadero sin duda…”,
insistió el jefe de Estado sobre el gobernador bonaerense y redobló la apuesta
mencionando en ese hilo al verdadero Kicillof “para que esté al tanto”.
Por su parte, Diego Corbalán, periodista especializado en redes
sociales y análisis digital de temas políticos, no consideró que informarse a
través de plataformas sociales “sea un riesgo en sí mismo, salvo que sea la única
fuente de información”, aunque reconoció que las redes están reemplazando
progresivamente a los medios de comunicación.
“De hecho, los usuarios están buscando menos
en Google y más en las redes. En esa migración, la ligan los medios”, advirtió
Corbalán a Somos Télam.
Y si bien “los medios privados están intentando” revertir esa
situación, “los medios públicos no pueden hacer demasiado, sobre todo porque no
hay formación ciudadana para entender el valor de información de un medio que
financia el Estado”, señaló.
Fuente:
somostelam.com.ar