A través de un documento titulado "El pedido del pan de cada día es un clamor de justicia", la entidad presidida por Oscar Ojea destacó la importancia de atender a los comedores comunitarios, entre otras instituciones. "Una mamá puede privarse de tomar un colectivo y camina para ahorrar, pero de ninguna manera puede no darle de comer a sus hijos", destacaron. Foto: Marcelo Ochoa
La Conferencia Episcopal
Argentina (CEA) advirtió este lunes que "cientos
de miles de familias" en el país tienen problemas para "alimentarse
bien" y afirmó
que "la comida no puede ser una variable de
ajuste", por
lo que los comedores comunitarios, entre otras instituciones sociales y
religiosas, deben recibir asistencia "sin dilación" para que la
situación "no profundice la crisis alimentaria".
"Como obispos, en el trato pastoral con la gente sencilla, hemos aprendido
que 'Un plato de comida no se le niega a nadie'. Es que en nuestra patria nadie
debería pasar hambre, ya que es una tierra bendita de pan. Sin embargo, hoy, a
cientos de miles de familias se les hace cada vez más difícil alimentarse
bien", expresó la Comisión Ejecutiva de la CEA, cuyo presidente es
monseñor Oscar Ojea.
En ese documento, titulado "El pedido del pan de cada día es
un clamor de justicia", y difundido a una semana de que el
papa Francisco reciba en el Vaticano al presidente Javier Milei, la CEA resaltó
que "es necesario anticiparse para que esta situación no profundice la
crisis alimentaria", y en ese sentido consideró que "se debe
facilitar a las personas, las comunidades y al pueblo aquello que se necesite
para ayudar a los más frágiles, especialmente a niños, niñas, adolescentes y
adultos mayores".
"Ante
una crisis -mencionó el texto- no son suficientes los
paradigmas tecnocráticos, sean estadocéntricos, sean mercadocéntricos, es
necesaria la comunidad", afirmó.
El documento indicó que "la inflación desde hace años crece día a día y
pega fuertemente en el precio de los alimentos", una situación que
"siente claramente la clase media trabajadora, los jubilados y aquellos
que no ven crecer sus salarios".
"Ante este escenario de trabajo sacrificado y de bajos
ingresos, las familias se privan de muchas cosas. Por ejemplo, una
mamá puede privarse de tomar un colectivo y camina para ahorrar, pero de
ninguna manera puede no darle de comer a sus hijos. Es decir,
la comida no puede ser una variable de ajuste", sostuvo.
El documento citó un fragmento del libro sapiencial de Tobías, en el Antiguo
Testamento, que señala que "entre las necesidades primarias está el
alimento", un motivo por el cual, continuó el texto, "Jesús se
identifica con los últimos en la fila de la vida que padecen hambre, y dice:
'Tuve hambre y me diste de comer'".
La CEA recordó que el tiempo de la pandemia de Covid-19 "enseñó el valor
de la respuesta comunitaria organizada" y que en aquel tiempo de
emergencia sanitaria "se multiplicaron los comedores" en las
parroquias, las Iglesias evangélicas y los movimientos populares.
Así, destacó que "las grandes protagonistas fueron las mujeres",
porque "cada una se acercó a la olla pensando no sólo en sus hijos, sino
también en los de los vecinos", mencionó la CEA.
La entidad católica valoró que "esa reserva" social "está
todavía presente", y por eso "el Estado nacional, provincial y
municipal tienen que aprovecharla para que nadie se quede sin el pan de cada
día".
"Todos
los espacios de cuidado que dan de comer, todos los comedores comunitarios, de
parroquias, iglesias evangélicas y de movimientos populares deben recibir ayuda
sin dilación", opinó la Comisión Episcopal.
Y agregó: "Toda esta comunidad, verdadero ejército de amor y servicio,
está dispuesta a dar de comer ahora porque hace falta, pero sin renunciar a
seguirse poniendo la patria al hombro, para que en nuestra querida Argentina se
haga realidad el sueño de Tierra, Techo, y Trabajo para cada familia".
Fuente: Telam