Las demandas tienen que ver con los salarios. Los paros de esta semana: este lunes el de docentes y estatales nacionales. El miércoles es en Aerolíneas y el jueves en Prensa. Por su parte, la CGT apunta a la caída del DNU.
Crece el conflicto laboral. La inflación
pulveriza los sueldos y en muchas negociaciones paritarias la propuesta
salarial que presenta la parte empresaria está muy lejos de las necesidades de
los trabajadores.
Escribe. Randy Stagnaro - @randystagnaro
La semana pasada estuvo marcada por los paros de los maquinistas de trenes y de los trabajadores de la salud privada. Esta semana abre con paros nacionales de los docentes y de los trabajadores estatales nucleados en ATE. El miércoles es el turno de los empleados de Aerolíneas Argentinas y el jueves, si no hay una respuesta positiva en la paritaria, será el turno de los trabajadores de prensa.
Febrero empezó con un
paro en la fábrica de neumáticos Bridgestone en rechazo a despidos.
La conflictividad no es solo salarial.
Hay un convencimiento de que se está ante
uno de los ataques más virulentos contra los derechos de los trabajadores en
estos 40 años de democracia.
El paro de la CGT y las dos CTA del 24 de
enero fue en respuesta al DNU 70/2023, cuyo extenso capítulo laboral
prácticamente impedía las huelgas, limitaba la acción gremial dentro de los establecimientos
y les daba a las empresas una enorme ventaja (mayor a la que ya tienen) en las
negociaciones paritarias, entre otras decisiones.
“El DNU vulnera toda la estructura legal y constitucional y hasta es contrario
a la legislación supranacional”, dijo el secretario General de la CGT, Héctor Daer, en diálogo con el programa Te
aviso con tiempo que se emite por la AM 530.
El dirigente afirmó que “un objetivo próximo es la derogación del DNU”.
Daer explicó que la CGT está “trabajando con los senadores de todas las fuerzas
políticas, lo mismo que los diputados” para lograr ese objetivo.
Este
rol de la CGT, de articulador de acciones políticas, no es novedoso pero sí
tiene el carácter de una acción renovada. Para Daer, la estrategia de la CGT
tiene tres pilares, uno sindical o de acción gremial;
otro político en el Congreso y con los gobernadores; y un tercero en la
justicia. “Lo que estamos haciendo es ir atando todos estos cabos
que se comienzan a generar. Hoy no hay muchos que puedan realizar esa tarea
además del movimiento obrero”, afirmó.
Héctor Amichetti,
secretario General de la Federación
Gráfica Bonaerense, coincide con esta mirada. “Estamos viviendo el intento
más serio de los últimos 40 años de democracia de restaurar los métodos de la
dictadura militar para acompañar un proyecto de dependencia y primarización de
la economía y debilitamiento de las estructuras del Estado”, dijo a Tiempo.
Para el dirigente gráfico, “lo más valioso” de las acciones
sindicales del momento es la posibilidad de generar un “frente nacional”.
Observó que “en la resistencia no solo tenemos que hacer medidas puntuales,
como pueden ser las movilizaciones y los paros, sino que tenemos que ir
recreando la unidad, el frente nacional, desde el movimiento obrero convocando
a otros sectores que tienen intereses que se encadenan con los de la clase
trabajadora y desde allí ir reconstruyendo una alternativa de salida”.
Rodolfo Aguiar,
secretario General de ATE, le dijo a Tiempo que “el
movimiento obrero tal vez tenga enfrente uno de sus mayores desafíos de los
últimos 40 años”. Caracterizó que “se trata de un gobierno que quiere
arrasar con todas las conquistas laborales” y resaltó que “la novedad tiene que
ver con los altos niveles de unidad que ha mostrado en el inicio de esta
gestión el sindicalismo argentino”.
Aguiar destacó las acciones unitarias: “Es como si se hubiera aprendido
que el costo de la división no lo pagan los dirigentes sino los trabajadores.
Veníamos de una fuerte fragmentación”. Y agregó: “Los sindicatos están
preparados para dar la pelea”.
Agustín Lecchi, secretario General del Sindicato de Prensa
de Buenos Aires, consideró que el “movimiento obrero se tuvo que hacer
cargo de ser el eje de la resistencia en un contexto de vacancia de conducción
política”. Agregó que “ese lugar que adoptó, con la CGT, las CTA y
la Utep a la cabeza, junto a otros sectores, fue central para derrotar la ley
ómnibus, para enfrentar el DNU. En ese sentido la salida política tiene
que tener a los trabajadores y trabajadoras como protagonistas”.
Hugo
Yasky, secretario General de la CTA de los Trabajadores,
añadió un elemento: “Hay una acción concertada entre los grandes grupos
económicos y el gobierno. La primera manifestación de ellos ha sido la
sincronización entre centrales empresarias y la Secretaría de Trabajo en el
Consejo del Salario para hacer fracasar la reunión y dejar en manos del
gobierno el aumento del salario mínimo”, incremento que calificó de
“miserable”.
Yasky agregó que “ese precedente lo están trasladando a las paritarias,
donde quieren hacer borrón y cuenta nueva con la inflación de diciembre a
febrero y discutir de marzo en adelante. Esa acción concertada busca hacer
que el peso del ajuste caída de manera abrumadora y excluyente en las espaldas
de los trabajadores”.
Yasky concluyó: «Estoy seguro de que si no hay resistencia de los
sindicatos nos van a pasar por arriba y el gobierno podrá llevar al extremo la
desigualdad en el reparto de la renta, algo que se quiere hacer en este país
desde hace mucho tiempo».
El reclamo de los movimientos sociales
La enorme jornada de movilizaciones y
cortes en todo el país que protagonizaron los movimientos sociales el jueves
pasado podría tener continuidad en tanto el gobierno nacional no cumpla con la
entrega de alimentos a los comedores populares ni aumente el valor de los
planes sociales.
Alejandro
Gramajo, secretario General de UTEP, apuntó contra las excusas del Ministerio de Capital Humano,
que aduce estar realizando una auditoría para modificar el método de entrega de
alimentos. «Si quieren cambiar la política alimentaria están en todo su
derecho, pero en el medio no pueden desabastecer por tres meses a los comedores
comunitarios», le dijo a Tiempo.
Para Eduardo Belliboni, del Polo
Obrero, el plan de lucha deberá ser profundizado «porque la respuesta del
gobierno ha sido el desconocimiento del reclamo». Criticó, además, la decisión
de desenganchar el valor del Potenciar Trabajo del salario mínimo, «para
pulverizar el plan».
Fuente: Tiempo Argentino