Pedro Córdoba es
ingeniero químico y tenía 26 años cuando fue secuestrado de la casa donde vivía
junto a su madre y a su hermana. Contó sus vivencias en el juicio de lesa
humanidad denominado "Jefatura III", que abarca a crímenes
perpetrados en perjuicio de 237 víctimas durante el Operativo Independencia y
la dictadura militar. Foto: Diego Aráoz
Un testigo, que actualmente se desempeña
como investigador del Conicet, declaró ante el Tribunal Oral Federal (TOF) de
Tucumán sobre el secuestro y las torturas de las que fue víctima, en el juicio
de lesa humanidad denominado "Jefatura
III", que abarca a crímenes perpetrados en perjuicio de
237 víctimas durante el Operativo Independencia y la dictadura militar
instaurada el 24 de marzo de 1976.
Pedro
Córdoba es ingeniero químico y actualmente trabaja como
investigador del Conicet, y tenía 26 años cuando fue secuestrado el 5 de junio
de 1976, en una casa ubicada en la calle Lavalle 261 de la capital tucumana,
donde vivía junto a su madre Deyanira Adela Beltramelli de Córdoba y su hermana
María del Valle Córdoba.
“Estudiaba desde la tarde hasta la noche y volvía a mi casa a dormir”, indicó
Pedro que en ese entonces era estudiante y se desempeñaba como ayudante en la
Cátedra de Dibujo y Geometría Descriptiva de la Facultad de Ciencias Exactas y
Tecnología de la Universidad de Tucumán (UNT).
“Entraron tres o cuatro personas con ropa militar o policial y armados. A mi madre y a mi hermana las encerraron en una habitación. A mí me golpearon, me ataron las manos, vendaron los ojos, me sacaron a la calle y me subieron a la parte de atrás de un Ford Falcón, el auto del terror”, recordó.
En el transcurso del viaje que según pudo calcular la víctima duró alrededor de 15 minutos, fue golpeado y despojado de sus pertenencias, su billetera, cinto y un reloj pulsera.“Llegamos a un lugar, me decían que había escalones ficticios, pero no había nada” relató el Pedro, quien supo que “era un lugar de torturas por los gritos y llantos que se escuchan. Ahí me pusieron cables, me daban electroshock, me desmayaba y me despertaban a patadas".
Y en su relato agregó: "Durante las torturas me preguntaban por cada uno de los miembros de familia y con quienes trabajaba”.
“Era un
lugar de torturas por los gritos y llantos que se escuchan. Ahí me pusieron
cables, me daban electroshock, me desmayaba y me despertaban a patadas".
Foto: Diego Aráoz
El testigo le contó al TOF que la noche de
su captura se encontraba en su habitación listo para dormir, cuando
escuchó “ruidos fuertes” y vio que la puerta del domicilio "estaba
destrozada”.
Después de ser torturado, Pedro es llevado de nuevo a una
habitación y horas después “me pude levantar la venda y ver que estaba en la
Jefatura de Policía. Después me llevaron a un lugar más grande, ahí había como
30 personas”.
En ese lugar “había tráfico constante de personas detenidas ilegalmente. Nos
ponían números identificatorios. Estábamos sentados uno al lado del otro y
cuando pasaban nos golpeaban en la cabeza. Nos daban poco de comer y poca agua. También
había mujeres, eran especializados en hacerlas gritar con las torturas y
escuché que había chicas embarazadas”.
Pedro estuvo secuestra en la Jefatura hasta el 21 de junio de 1976, “ese día me
levantaron, me subieron a un auto y me dejaron en las inmediaciones de mi casa”.
“Supe tiempo después que el mismo día que me secuestraron intentaron llevarse a
dos amigos, pero no pudieron” y también por ese tiempo “secuestraron a
dos compañeros de trabajo”.
En esta megacausa se juzga la responsabilidad de 27 acusados, entre los que se
encuentran expolicías y exmilitares, de delitos de lesa humanidad cometidos
entre 1975 y 1983 en el centro clandestino de detención que funcionaba en la
Jefatura de Policía de Tucumán y en instalaciones del Ingenio Nueva Baviera.
Fuente: Telam