La semana pasada, el martes 25 de Julio, fue el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora. En este artículo, expertos dan cuenta de la conexión entre lenguaje y racismo en América Latina. Las dificultades de acceso a la educación es uno de los mayores desafíos para las comunidades afrodescendientes en América Latina. En la imagen, una escuela con mayoría de alumnos afrodescendientes en Tumaco, Colombia. Lokman Ilhan/AA/picture alliance
"El lenguaje es racista", dice a DW Rosa Cristina Martínez, licenciada en filología y etnoeducadora. "Es un reflejo de los valores que tenemos como sociedad".
La
concienciación por el lenguaje y su vinculación con actitudes racistas,
especialmente hacia la población afrodescendiente, es algo que no está en boga
en América Latina, pese a que son ya 133
millones de personas - uno de cada cuatro latinoamericanos-, los que se identifican
como tal. La mayoría ubicados en Brasil, Ecuador, Venezuela, Colombia, Cuba y México.
Así, por
ejemplo, en Colombia una persona "negra" es
"afrodescendiente", aunque también hay "raizales" y
"palenqueros" -términos referidos a poblaciones específicas-,
englobando un total de 4,67 millones de personas; y en Argentina, -donde la
población afrodescendiente es de apenas el 0,4% - "se usa
'afrodescendiente' porque 'negro' está ligado a "expresiones clasistas con
tintes racistas", señala Anny Ocoró Loango, investigadora del CONICET y
activista antiracista.
En entrevista
con la agencia de Noticias, DW, Ocoró Loango sostiene que, para algunos,
la palabra "negro" proviene de un contexto colonial y usarla
reivindica ese pasado, por lo que se prefiere el concepto
"afrodescendiente". Pero para otros, como en Brasil, "negro"
adopta una categoría de resistencia política, así que es el más usado. Por
parte de Martínez, el término "afro" o "afrodescendiente"
se englobaría dentro de un uso del lenguaje políticamente correcto y esperado
"por las personas externas a la negritud".
Tal y como señala un estudio del Banco Mundial, negro, moreno, pardo, preto, zambo y creole, son términos cercanos en las relaciones raciales en América Latina, y que llevan aparejado "estigmas y sesgos, resultado de una larga historia de discriminación y racismo".
En entrevista
a DW, la Oficina Regional Multisectorial de la UNESCO en
San José, Costa Rica, aboga por un análisis histórico para deconstruir
estereotipos y pone como ejemplo a Brasil - último país en abolir formalmente
la esclavitud negra en 1888- y cómo el pensamiento que margina a personas
afrodescendientes se ha arraigado en el inconsciente colectivo hasta hoy.
La
Dr. Anny Ocoró Loango es investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina.Imagen: Anny Ocoró Loango
El habla y
los prejuicios
Desde el
punto de vista lingüístico, Martínez señala que es habitual encontrar palabras
que sustentan prejuicios contra comunidades negras y afrodescendientes. En el
caso de Colombia, expresiones como me negrearon, es una forma de
"deshumanización". Otras como negrito o negrita en
Argentina, usadas en un contexto cariñoso, "sostienen la idea de la
ignorancia como excusa para ser racista". "No hay manera de asumir
como positivo un comentario que incluya la racialización de alguien, así que
cuando se habla en diminutivo de 'negrito' se está siendo racista,
condescendiente e infantilizando a esa persona".
"Todo
depende del contexto", señala a DW Alejandra Garzón, lingüista de la
Universidad Nacional de Colombia, si bien alrededor del término
"negro" suele haber una cuestión peyorativa que "resalta esa diferenciación
fenotípica", añade.
Otras
palabras se han distorsionado, como es el caso de quilombo. Este
término, de la lengua bantú y que suele traducirse como palenque en
español, aunque en otras partes como Venezuela adopta el nombre de cumbe,
tiene su origen en los asentamientos de grupos de esclavos africanos fugados en
Brasil, espacios históricos de resistencia de afrodescendientes. En cambio, la
palabra adopta un significado de desorden y caos en otros países limítrofes,
como Argentina. "Nuevamente la negritud es asociada a algo
reprobable", sostiene Ocoró Loango.
Regular el
lenguaje
Rosa Cristina Martínez es licenciada en Filología e Idiomas en Inglés y Etnoeducadora en Colombia.Imagen: Rosa Cristina Martínez
Expertos
señalan que es difícil hablar de una regulación del uso de términos racistas en
toda Latinoamérica, dada la diversidad misma de la región, y actualmente el
debate se centra en cambios en el lenguaje en cada país, liderado por
colectivos antirracistas, o en leyes nacionales que combatan la discriminación
en un sentido más amplio.
"Pero
hay situaciones con un punto en común: la anti-negritud y el
anti-indigenismo", sostiene Martínez, enfocados a "negar la
existencia de estos grupos".
Desde la
UNESCO señalan un fortalecimiento en los últimos años de las organizaciones en
defensa de la protección y garantía de los derechos de las personas
afrodescendientes, y de los encuentros que han contribuido a la reafirmación de
la "identidad afrodescendiente". En este sentido, destacan la
formación de la red Dale Más
Afro, un conjunto de 200 organismos alineados en la defensa de
las poblacions afro en toda América Latina y el Caribe.
Día
Internacional
Cada 25 de
julio, desde 1992, se conmemora el Día Internacional de la Mujer
Afrodescendiente, Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora. Una fecha que
tiene como objetivo visibilizar a las mujeres afrodescendientes, "uno de
los grupos más desfavorecidos en América Latina", tal y como señala Favia
Carbonari, experta en Desarrollo Social y Género del Banco Mundial.
"Deben
enfrentarse a diario a las consecuencias tanto del racismo estructural que
afecta a todos los afrodescendientes de la región, como a los altos niveles de
desigualdad de género y discriminación que afectan a las mujeres
latinoamericanas", dice en entrevista con DW.
Según
Carbonari, los afrodescendientes tienen niveles educativos más bajos
y mayores tasas de pobreza y desempleo, además de estar
infrarrepresentados políticamente. Unos factores que se acentúan en el caso de
las mujeres, que además perciben salarios más bajos.
Fuente: https://www.dw.com/es/el-habla-no-es-inocente-lenguaje-y-racismo-en-latinoam%C3%A9rica/a-66343016