Haydée Gastelú, un testimonio de valentía que perdura en el tiempo.
Apenas una docena de mujeres se animaron a hacer oír su voz en la Plaza, aquel 30 de abril de 1977, en plena dictadura. Una de ellas fue Haydeé Gastelú de García Buela, la madre de Horacio, uno de los 30 mil desaparecidos.
Haydeé Gastelú de García Buela es una de las Madres de Plaza de Mayo que estuvo en la primera ronda del 30 de abril de 1977, cuando buscaba conocer el paradero de su hijo Horacio, secuestrado ocho meses antes, y su presencia quedó registrada en la entrevista que el corresponsal de France Press Jean Pierre Bousquet realizó a las intrépidas mujeres que comenzaron a caminar alrededor de la pirámide.
A poco de cumplirse 45 años de aquel día, ambos relataron a Télam Radio cómo
fue esa primera ronda que marcó la historia de los derechos humanos en la
Argentina y en el mundo.
Gastelú, a sus 94 años, recordó que "las madres nos encontrábamos en las
dependencias oficiales cuando íbamos a pedir información sobre nuestros
hijos" y que la primera reunión de la que participó "fue en la
iglesia Stella Maris".
"Un
día una de las Madres se levantó y dijo 'Vamos a encontrarnos en Plaza de Mayo,
pero no vamos a ir solas, vamos todas'. Y me dio un
papelito que decía 'tal día en Plaza de Mayo a las 15.30'", evocó al
rememorar la convocatoria de Azucena Villaflor de Vicenti.
También recordó que sus maridos "no las dejaban" pero fue igual, y
cuando llegó estuvo con Azucena, de quien se hizo "muy amiga: Siempre
seguimos juntitas hasta el momento de su desaparición",
añadió. "Me preguntan si no teníamos miedo -continuó-; claro que lo
teníamos, pero el amor que sentíamos por nuestros hijos era más fuerte, y eso,
tapaba todo".
"La
vida de un hijo vale mucho más que la de uno, nosotras sobre
todo queríamos rescatarlos vivos, jamás pensábamos que los íbamos a encontrar
muertos", lamentó. Y agregó que "al principio nos dejaban estar
en la Plaza, quietas, pero después, como había Estado de sitio, nos decían
'Circulen, circulen' y ellos mismos marcaron ese lugar, la ronda alrededor de
la pirámide. Nosotras empezamos a circular de a dos, del brazo, para poder
conversar y arreglar nuestras cosas".
"La
primera vez fue un sábado pero después nos dimos cuenta de que no era un buen
día, así que pasamos las rondas a los viernes y después a los jueves, siempre a
la misma hora", recordó; y sumó que cuando alguien
llegaba, la pregunta de rigor era "¿A vos quién te falta? Ya que todas éramos
madres o hermanas".
Sobre los pañuelos blancos, contó: "Nació un día que fuimos a la Basílica
de Luján. Por la necesidad de reconocernos. En la Plaza nos conocíamos todas
pero ahí fuimos en colectivo y después teníamos que identificarnos. Entonces
pensamos en los pañales de nuestros hijos, y nos los pusimos en la cabeza".
Hoy, Haydeé Gastelú "volvería a hacer lo mismo" y, como si fuera
ayer, recuerda a su otra hija, Alicia Ester: "Ella tenía Síndrome de Down
y tenía una estrecha relación con su hermano Horacio, a quien le quitaron. Yo
tenía una niñita enferma y la cuidé mucho también. Ella siempre pensaba en su
hermano, sabía que no estaba, y todas las mañanas rezaba y pedía por
él".
La primera entrevista
El libro de Jean Pierre
Bousquet.
Jean Pierre Bousquet fue corresponsal de France Press en
Argentina entre 1975 y 1980; y entrevistó a las Madres de Plaza de Mayo aquel
30 de abril de 1977 frente a la Casa Rosada.
En una entrevista brindada a Télam, el periodista francés recordó que aquel año "había
un ambiente pesado para los corresponsales extranjeros que
queríamos entender quiénes eran estos militares que se presentaban como quienes
venían a poner orden", al tiempo que "llegaban regularmente a nuestra
oficina denuncias de secuestros y desapariciones".
"Yo estaba en contacto con algunas Madres, y una de ellas me citó delante
del anexo del Ministerio del Interior. Yo fui porque la sola idea de
manifestarse, y en la Plaza de Mayo, era muy arriesgado",
dijo.
Agregó que "en la primera manifestación eran apenas una docena de Madres y
me acuerdo que llevaban un clavo, y me decían que era para recordar el
sacrificio de Jesús crucificado en la cruz". Bousquet añadió que
"después se organizó todo, y aumentó la participación, pero el primer
grupito se concentró alrededor de la pirámide".
"Por otra parte, para nosotros no había mucho riesgo porque la política de
los militares era evitar cualquier incidente diplomático. Así que no nos
tocaron a los periodistas", añadió el reportero que luego escribió
el libro "Las Locas de Madres de Plaza de Mayo".
Afirma que con los años "aprendí a conocerlas" en lo que duró su
permanencia en el país y que como "la relación con ellas me impactó, me
costó dejar Argentina, pero sobre todo dejarlas sin que
tuvieran una respuesta sobre sus hijxs".
Fuente:
Telam