El artista interpretó la canción patria en la previa de Argentina - Colombia y se retiró entre aplausos. "Los veteranos hoy tenemos una empatía muy grande con la gente. Siento ese cariño y respeto genuino", dice a Ámbito.
El romance que la Selección vive con su público sumó este martes un nuevo capítulo con una sólida victoria por 1 a 0 sobre Colombia en Córdoba. Como preludio del partido y ante un estadio Mario Kempes repleto, el cantante y Veterano de Guerra de Malvinas(VGM) Fabio Santana interpretó una memorable versión del Himno, entregando una cuota de emotividad a la épica albiceleste.
Tras la jornada y ya de regreso en Buenos Aires, Santana atiende el teléfono y comparte con Ámbito sus reflexiones sobre una noche mágica. “Me parecía que era un lugar propicio para que la gente nos apoye en todos nuestros reclamos. La recepción fue maravillosa, nos presentaron muy bien. Me aplaudieron mucho y cuando canté hubo una empatía maravillosa. Había momentos en que te dejaban cantar y otros, en los que parecía una olla en ebullición. Fue imponente”.
A sus 59 años, el artista destaca que “estaba en un hábitat que amo profundamente, que es el fútbol, haciendo lo que amo, que es cantar la canción más hermosa del mundo: nuestro himno. Siempre abrazando la causa Malvinas. Creo que esa es la conjunción de todo lo que pasó ayer. En todo momento tratando de profesar lo que sentimos la gran mayoría de los veteranos, que es luchar por nuestra soberanía”.
Invitación
Hincha de Boca y simpatizante de Nueva Chicago, el músico relata que la invitación se dio de manera fortuita a través del “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA. “Hace dos meses, canté el Himno en el inauguración de la cancha de Yupanqui, en La Matanza. Ahí estaba Chiqui Tapia. Evidentemente le gustó la versión que hice y, cuando terminé, se acercó y me dijo ‘vos vas a cantar el himno en el partido de la Selección contra Colombia’. Te imaginás lo que sentí. Fue la gloria”, detalla.
Nervios y ansiedad. Pasaron sesenta días. El teléfono recién sonó el sábado. “Cumplió con su palabra. Creo que tiene que ver eso; hay una dirigencia que, desde mi humilde punto de vista, se hizo creíble. Tuvo eso de tener un técnico que entiende perfectamente el fútbol argentino, y no lo digo con el diario del lunes, porque de entrada me gustó Scaloni, así que me parece que todo es un conjunto”, dice.
Y agrega: “No fue que un veterano de Malvinas usufructuó un estadio de fútbol para promover la guerra: no, para nada, yo fui a cantar el himno y da la casualidad que soy un veterano de Malvinas, pero ante todo soy un cantante”.
Pero no todo era color de rosas. Aun con la confirmación, el músico debió sortear un obstáculo: “El himno dura entre tres minutos y medio y cuatro minutos. Me pidieron una versión que no durara más de un minuto y medio. Imposible. No llegás. No iba a cantar el himno por la mitad, me parecía una falta de respeto”.
“Me dijeron que el veedor no quería. Achiqué todo lo que podía y quedó en 2,18 minutos. En Córdoba, le dije al veedor cuánto duraba y me dijo que era imposible, que no podía cantar. Ahí dije: ‘Te cuento, no es que te quiera tocar el corazón, pero yo soy veterano de Malvinas, y atrás mío hay un montón de veteranos que están muy orgullosos de que lo cante, así que no me hagas esto, negociemos. Ahí surgió la idea de cantarlo a capella y que dure dos minutos. Al cantarlo a capella se hizo todo mucho más épico. Eso pasa cuando los planetas se alinean. Fue algo maravilloso”, remarca.
Selección empática
Consultado sobre cuánto pesa este presente de la Selección con la euforia de la gente, Santana dice: “Es una Selección que produce empatía. Juega como quiere jugar el argentino. Nos gusta jugar bonito pero nos gusta ganar. Somos una unión perfecta entre Bilardo y Menotti: queremos jugar bien pero nos importa más ganar. Esta Selección tiene eso; juega lindo, pero además tiene un plus especial”.
“Ayer miraba y veía que presiona muy arriba, que va a buscar el partido constantemente. Colombia parecía una selección sin rebeldía y se puede quedar afuera. Argentina no la dejó hacer nada. Me gustó mucho”, añade.
Malvinas
En 1982, durante la Guerra de Malvinas, Fabio Santana integró la Compañía de Ingenieros 10 de Pablo Podestá. Su misión consistió en colocar campos minados para obstruir el avance enemigo y apoyar las posiciones del Regimiento 7 de La Plata. A sus 19 años, pasó 67 días en el frente, los últimos cuatro –entre el 14 y el 18 de junio- como prisionero de los británicos en el aeropuerto de Puerto Argentino.
Acerca de las cuatro décadas del conflicto, opina: “Trato de ser un revisionista. Mi pensamiento no es el de los 20, 30 o 40 años, sino el de mis 59 años. Los veteranos pasamos muchos estadios: una desmalvinización en los primeros 15 años, cuando no garpaba ser veterano, porque nos habían dejado al libre albedrío y muchos se suicidaron. Después fue cambiando, fue entrando PAMI a nuestras vidas. Nos dio cierta seguridad sanitaria".
“En 2004 nos dieron las tres pensiones y una dignificación monetaria. Ahí el veterano empezó a cubrir sus partes económicas y empezó a haber una empatía más grande con la gente. Hoy estamos en un momento donde la gran mayoría de los argentinos entendieron que Malvinas es la causa de la no grieta; que es la causa nacional y, aunque no se sabe bien cómo manejarla, todos estamos de acuerdo en que hay que seguir luchando por la soberanía”, enfatiza.
A modo de cierre, el cantante opina: “Hoy tenemos una empatía muy grande con la gente. Siento ese cariño y respeto genuino. Los veteranos tenemos algunos temas con la salud. PAMI, como todo, tiene algunas cosas que no están bien; hay veteranos que hacen 100 kilómetros para sacarse una muela, por decirte algo, eso es lo más álgido que transcurrimos. Pero, después, lo demás me parece que la gente nos quiere mucho, nos brinda mucho amor y nos respeta.
Actualmente, Santana integra la agrupación “Excombatientes La Matanza”. Junto a sus compañeros realiza distintas actividades solidarias, culturales y educativas buscando generar conciencia sobre la causa Malvinas.