En un mensaje a la Pre cumbre de las Naciones Unidas sobre sistemas alimentarios, el pontífice pide "políticas valientes" para erradicar "la injusticia del hambre".
El papa Francisco envió este lunes 26 de
julio, un mensaje a la precumbre de las Naciones Unidas sobre sistemas
alimentarios, que se inauguró hoy en Roma, en el que recuerda que es deber de
todos “erradicar la injusticia” del hambre global a través de políticas
valientes.
En el mensaje, leído por monseñor Paul
Richard Gallagher, secretario de Relaciones con los Estados, el Papa define el
hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición en la era del Covid con
palabras muy fuertes como: “escándalo, crimen, injusticia”.
El mensaje está dirigido a António Guterres,
secretario general de Naciones Unidas, con motivo de la precumbre de Naciones
Unidas sobre sistemas alimentarios, prevista desde hoy hasta el miércoles 28 de
julio en Roma. El encuentro se lleva a cabo en preparación para la Cumbre
Global final en el próximo mes de septiembre en Nueva York, Estados
Unidos.
Es “un encuentro importante”, escribe Francisco, sobre
todo porque “esta pandemia nos enfrentó a las injusticias sistémicas que
socavan nuestra unidad como familia humana”. entre ellos, la pobreza y el daño
infligido a la Tierra, “nuestra casa común”, a través del “uso irresponsable y
abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”.
De ahí el fuerte llamamiento del Papa a “un
cambio radical”: no basta, de hecho, con centrarse en la tecnología para
incrementar la producción del planeta, si el resultado es el de “esterilizar la
naturaleza”, “expandir los desiertos tanto exteriores e interior, espiritual “;
no es suficiente producir “alimentos suficientes” si “muchos se quedan sin el
pan de cada día”.
No es suficiente, reitera Francisco, porque
“esto constituye un escándalo real, un crimen que viola los derechos humanos
fundamentales” y “una injusticia” que todos “tienen el deber de erradicar
mediante acciones concretas, buenas prácticas y políticas locales e
internacionales valientes”.
Los sistemas alimentarios son sostenibles
El Papa ofrece algunas sugerencias concretas:
en primer lugar, los sistemas alimentarios deben transformarse de forma
“cuidadosa y correcta”, para que sean “sostenibles desde el punto de vista
medioambiental y respetuosos de las culturas locales”.
Su objetivo, en esencia, tendrá que ser
“aumentar la resiliencia, fortalecer las economías locales, mejorar la
nutrición, reducir el desperdicio de alimentos y proporcionar dietas saludables
accesibles para todos”. Pero el cambio debe comenzar desde adentro, advierte Francisco,
porque el objetivo del “hambre cero” no se logra con la mera producción de
alimentos, sino “con una nueva mentalidad, un enfoque holístico y el diseño de
sistemas alimentarios que protejan la Tierra”. y mantener, en el centro, la
dignidad de la persona humana”.
Restaurar la centralidad del sector agrícola y rural
En segundo lugar, prosigue el mensaje
pontificio, la alimentación debe estar suficientemente asegurada “a nivel
mundial y debe promoverse el trabajo decente a nivel local”, para que el mundo
de hoy pueda nutrirse “sin comprometer el futuro”.
Otros puntos esenciales señalados por el Papa
se refieren al restablecimiento de la centralidad del sector rural y la
urgencia de que “el sector agrario recupere un papel prioritario en el proceso
de toma de decisiones políticas y económicas”, especialmente en la fase
pospandémica. En particular, Francisco exhorta a considerar “a los pequeños
agricultores y familias campesinas como actores privilegiados”, cuyos
conocimientos tradicionales no deben ser “descuidados o ignorados”, para
comprender mejor sus necesidades reales.
La familia, un componente esencial de los sistemas alimentarios
El Papa subraya que “la familia es un
componente esencial de los sistemas alimentarios” porque es aquí donde
“aprendemos a disfrutar de los frutos de la tierra sin abusar de ellos” y es
aquí donde descubrimos “estilos de vida que respetan lo personal y bien común
“.
Por lo tanto, las necesidades de las mujeres
rurales, los jóvenes y los agricultores de las zonas “más pobres y remotas”
deben satisfacerse plenamente mediante políticas eficaces.
Al mismo tiempo, el Papa dice ser consciente
de que existen “poderosos intereses económicos que nos impiden diseñar un
sistema alimentario que responda a los valores del bien común, la solidaridad y
la cultura del encuentro”; sin embargo, para mantener un “multilateralismo
fructífero” y un sistema alimentario responsable, “la justicia, la paz y la
unidad de la familia humana” son fundamentales.
Después de todo, el sueño que todos tienen
“la responsabilidad de realizar”, continúa Francisco, es el de “un mundo en el
que el pan, el agua, las medicinas y el trabajo fluyan en abundancia y lleguen
primero a los más pobres”.
Es un “noble objetivo” para el servicio al
que se colocan la Santa Sede y la Iglesia Católica, ofreciendo su contribución
“y uniendo fuerzas y voluntades, sabias acciones y decisiones”.
“Nadie se queda atrás - concluye el mensaje
pontificio - y cada uno es capaz de satisfacer sus necesidades básicas”, para
“construir una sociedad pacífica, próspera” y verdaderamente fraterna.
Fuente: AICA