Los supremos (menos uno) dejaron sin efecto la resolución que lo beneficiaba con la falta de mérito.
El dueño del Ingenio Ledesema, Carlos
Blaquier (93 años), tiene que ir a juicio por delitos de lesa humanidad, luego
de que la Corte Suprema dejara sin efecto la resolución que lo beneficiaba con
la falta de mérito.
La Resolución salió con las firmas de Horacio
Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco y con la argumentación
en disidencia de Carlos Rosenkrantz.
Ricardo Lorenzetti, por su parte, no firmó el
fallo.
Después de seis años
Ahora, la Corte Suprema reactivó la
investigación por delitos de lesa humanidad contra Carlos Blaquier, dueño de la
agroindustrial Ledesma SAAI, y emblema
de los casos de responsabilidad empresarial en crímenes cometidos durante la
última dictadura, según reveló Página 12. La acusación es por su participación en "Los
apagones” de 1976.
Con este pronunciamiento, el máximo tribunal deja sin efecto la
resolución de la Cámara Federal de Casación que en 2015 había beneficiado a
Blaquier con la falta de mérito. En el dictamen de la fecha, los supremos
acusaron al Tribunal de haber obstaculizado indebidamente el proceso.
Hace un mes, la Secretaría de Derechos Humanos
de la Nación reclamó a la Corte Suprema que finalmente resuelva toda la
situación del dueño de Ledesma, Carlos Pedro Tadeo Blaquier, por los secuestros
en el marco de lo que se conoció como “los apagones” de 1976.
Blaquier está procesado por 29 casos de delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia de Jujuy durante el primer año de la última dictadura. Denuncian que el ingenio Ledesma aportó las listas y la logística para que los secuestros pudieran producirse. En marzo de 2015 la Sala IV de la Cámara Federal de Casación le dictó una falta de mérito a Blaquier.
Su causa llegó a la Corte Suprema, que recién ahora resolvió, seis años
después. En el medio, pasó el gobierno de Mauricio Macri.
Rosenkrantz la posición de Casación en
favor de Blaquier. "No se ha demostrado la configuración de una situación
de gravedad institucional y la decisión apelada no genera, en modo alguno, una
ruptura del compromiso con el juzgamiento de esta clase de delitos",
escribió.
Sobre este tema, el diario Página 12 repasa:
"En la Corte, todos miraban con suspicacia a Rosenkrantz por la demora. El
supremo había cosechado un vínculo estrecho con la familia Blaquier a través de
la Universidad de San Andrés, que dirigió hasta su llegada a la Corte y donde
los dueños de la agroindustrial hacían generosos aportes. Su esposa, Agustina
Cavanagh, también dirigió la fundación Cimientos, ligada al grupo
Blaquier".
Hace dos semanas, Abuelas de Plaza Mayo,
Madres Línea Fundadora, Hijos, APDH, CELS y otros organismos solicitaron la intervención
de la Relatoría de la ONU sobre la promoción de la Verdad, la Justicia, la
Reparación y las Garantías de No Repetición para exigir que la Corte Suprema
resuelva en las más de 55 sentencias que esperan su revisión, según estimaciones
de la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad (PCCH).