El clásico del teatro argentino, se presenta nuevamente el este viernes 12 de marzo, ahora a las 21:30, en el Teatro Municipal Rosita Avila, Las Piedras 1550.
La obra de Beatriz Mosquera vuelve, en esta
oportunidad, con la dirección de Pablo Vera en su debut como director. Las
funciones continuarán solamente los viernes de marzo en la misma sala y en el
mismo horario.
“La irredenta” nos propone mirar a cuatro
mujeres que habitan un específico universo femenino, donde “el poder nunca
descansa”. Pero es Lola quien dá las órdenes, quien las ama y las destruye. Ese
espacio cavernoso que habitan es tierra de nadie.
Sobre la obra
Cuatro mujeres conviven en la casa de una de
ellas. Son mujeres que ejercen la profesión más antigua del mundo: son
prostitutas. Soportan y sostienen una vida de opresión y violencia física
y mental ejercida por Lola. Esta vida de locura y miseria se verá sacudida por
una decisión que, quizás, haga cambiar las reglas del juego. “La Irredenta” nos
presenta una particularísima realidad, que tiene, seguramente, sus paralelos en
otros mundos, en otras realidades y propone al espectador descubrirlos. Nos
muestra vidas en las que se entretejen preguntas y certezas, de niñas, de
sabias, de locas.
Hay algo que une a los personajes de esta
obra; la necesidad del otro para “ser”, aunque esa existencia sea miserable.
Lola, Dolores, Azucena y la Irredenta están inmersas en un mundo belicoso en el
que cualquier guerra está perdida de antemano. Cualquier atisbo de insurrección
será neutralizado por la palabra o la violencia física. Y esa libertad, tan
ansiada y tan temida no está representada por la posibilidad de escapar sino
por la certeza de que la libertad es poder resistir.
Los personajes de Mosquera en “La Irredenta”
no se presentan como una creación verosímil del realismo. Juegan un juego
perverso construido y sostenido por ellos mismos y del cual pareciera, no
tienen escapatoria. Las reglas están muy claras, son conocidas por todos los
personajes y están relacionadas con recursos emocionales que tienden a la
colonización de la otredad. Estos recursos son la violencia física, psicológica
(que se manifiesta a través del engaño y los pequeños momentos en los que
acontece un atisbo de sinceridad), la calma, el arruyo y el espanto.
Sobre el elenco
Actúan Adriana Benimeli, Cyntia Bulva, Yanina
Chaves y Marcela Jaime.
En la factura técnica mencionamos que la
selección musical y diseño de maquillaje son de Pablo Vera, el diseño gráfico
de Benjamín Tannuré Godward, vestuario y escenografía a cargo del elenco, la
realización de escenografía de Eduardo Bulva.
Asistente de Escena Soledad Berrondo,
Asistencia General Benjamín Tannuré Godward y Dirección General y Puesta en
Escena de Pablo Vera.
Sobre la puesta
La puesta es minimalista en cuanto a la
utilización de dispositivos escenográficos. Un ámbito cavernoso (en el que, como
una metáfora de la “Alegoría de la caverna” de Platón, los personajes
interpretan el mundo a través de la mirada del hombre como una matríz imposible
de modificar) con elementos geométricos y un biombo cuya función es
separar lo que se vé de lo que no.
La iluminación potenciará el clima de caverna
y utilizará dispositivos retroiluminadores para la proyección de sombras.
Sobre el teatro de Beatriz Mosquera
El teatro de Mosquera tiene parodia,
cuestionamiento y es de resistencia. Estas tres vertientes se entrecruzan en su
escritura ofreciendo una perspectiva más descarnada y real sobre los individuos
y sobre las relaciones interpersonales. El conflicto de sus obras se
sostiene en esos momentos de deformación, de asperezas, de crisis. Aspectos
ocultos de los personajes aparecen en esos intersticios abiertos por el límite
de lo humano: Los seres se muestran sin la máscara cotidiana, metamorfoseados
por sus más oscuros móviles. El encuentro descarnado entre la exasperación y el
descontento, es lo que hace al cambio de vida, a que se profundice la
inexorable conflictividad del ser hablante.
En “La Irredenta”, sus personajes se muestran
en toda su horrorosa, bella y contradictoria desnudez. Han construido un
sistema que les permite relacionarse de manera simbiótica, cuasi
primitiva. Pero esa relación no es horizontal, por el contrario, hay una
verticalidad impuesta por una matriarca (Lola) que reproduce los esquemas
perversos de la dictadura militar.