A través del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) del Gobierno nacional se estan desplegando recursos humanos, vehículos especiales, medios aéreos y equipos operativos como complemento a las estructuras jurisdiccionales en la lucha contra el fuego. En es informe de esta mañana, Tucumán aparece como uno de los lugares con problemas de incendio
Al momento de elaborarse este informe se
registran las siguientes provincias afectadas por incendios en nuestro país.
Mapa generado por el SINAME (Sistema Nacional de Alerta y Monitoreo de
Emergencias) del Ministerio de Seguridad de la Nación con los incendios que
afectan a nuestro país.
Provincia |
Departamento |
Estado |
Santa Fe – Entre
Ríos |
ISLAS DELTA PARANÁ |
GUARDIA DE CENIZAS |
Tucumán |
ALBERDI LOS NOGALES (TAFI VIEJO) |
CONTENIDO ACTIVO. |
San Luis |
BAJO DE VELIZ (JUNIN) LAS CHACRAS (GRAL. SAN MARTIN) |
CONTENIDO CONTENIDO |
Santa Fe – Entre Ríos
Despliegue total: Brigada Nacional de Manejo del Fuego, 2 aviones hidrantes del SNMF, 1
avión vigía del SNMF.
Superficie afectada
por el fuego: 198.863,25 ha.
Tucumán – Los Nogales (Tafi Viejo)
Despliegue total: Avión hidrante del SNMF.
El miércoles 9 de septiembre, a las 17 h, se realizará una nueva reunión del Comité de Emergencia Ambiental que funciona en el marco del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (CEA-PIECAS). El CEA-PIECAS involucra el compromiso de las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires y los municipios de Victoria y Rosario, con la articulación del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y la Administración de Parques Nacionales.
Algunos impactos ambientales del fuego sobre el medio biológico
El fuego genera una alteración
significativa en el sistema natural que provoca: la pérdida de biomasa,
estructura vegetal, fragmentación de hábitats y pérdida de especies endémicas
de la región. Se ven afectados los servicios ecosistémicos que brindan los
distintos ambientes, como los valiosos servicios que aportan humedales y
bosques.
El impacto más notorio sobre la fauna
se presenta en la pérdida de su hábitat y nichos ecológicos, reduciendo la
diversidad y su abundancia relativa, con un efecto prolongado en el tiempo
luego del fuego. Por otro lado, mientras la destrucción de los hábitats de los
animales afecta fuertemente a las especies con menor movilidad, otras
escapan del incendio refugiándose en otros sitios. A su vez, generan una
presión sobre el nuevo ambiente en el que se refugian y provocan desequilibrios
en el ecosistema. Asimismo, la competencia entre especies es mayor, escasean
fuentes de agua y especies para la alimentación, afectando consecuentemente las
redes tróficas del sistema.
Bajo otra perspectiva, la biomasa en
combustión genera transferencia de calor al sistema suelo. Los organismos del y
los procesos relacionados al fuego están fuertemente condicionados al régimen
térmico e hidrológico del medio en que habitan. La temperatura que va tomando
el suelo en profundidad depende de la intensidad del fuego, de la carga de
combustible vegetal, de la duración del fuego y de la humedad retenida en el
suelo.
Finalmente, las alteraciones biológicas
se inician a un rango de 40-70º C con la degradación de las proteínas y la
muerte de los tejidos. La muerte de las semillas puede ocurrir en un rango de
70-90º C, dependiendo del tipo de organismos. La muerte de microorganismos
ocurre a temperaturas entre 50-120º C, siendo los hongos menos resistentes que
las bacterias. Los microorganismos facilitan el ingreso de importantes
nutrientes a las plantas y están involucrados en la sustentabilidad de un suelo
en términos de almacenamiento, ciclado de nutrientes y procesos
biogeoquímicos de un ecosistema.
Algunos impactos ambientales del fuego sobre las propiedades fisicoquímicas del suelo
Si bien hay muchas variables que influyen en la forma en que los incendios impactan, como tipo de suelos, contenido de agua, tiempo de exposición, vegetación, entre otros, podemos mencionar que las alteraciones físico-químicas ocurren a temperaturas más altas que las biológicas.
La materia orgánica comienza a experimentar cambios
internos en un rango de 200-310º C, aunque puede empezar a consumirse a
temperaturas más bajas. A temperaturas mayores a 300º C se consume casi todo el
mantillo y a los 450º C la materia orgánica. En fuegos de severidad baja, la
temperatura del suelo no supera los 130º C en superficie y 50º C a los 5 cm.
Cuando ocurre un calentamiento severo del suelo, la temperatura puede ser
cercana a los 700º C en la superficie, algo mayores a los 250º C a los 10 cm y
puede exceder los 100º C a los 20 cm de profundidad. De esta manera, se
generan condiciones que favorecen la degradación del suelo: mayor exposición a
condiciones climáticas extremas, aumento en la tasa de mineralización del humus
y pérdida de la estabilidad de los agregados, aumento en el escurrimiento
superficial, aumento en la susceptibilidad a la erosión y a la compactación,
disminución en la capacidad de almacenaje de agua, entre otras cosas.
Por otro lado, la pérdida de nutrientes está en función de la severidad del fuego.
En ese sentido, la velocidad de liberación de nutrientes por la quema es mucho mayor a la del proceso biológico, y esos nutrientes no pueden ser captados por la comunidad vegetal a la velocidad de liberación. Los procesos claves durante e inmediatamente después del fenómeno son la convección de cenizas, la volatilización, mineralización, erosión, escurrimiento y lixiviación. La escorrentía superficial, puede producir el transporte de las cenizas y por lo tanto los nutrientes contenidos en ellas, a las partes bajas de los relieves ondulados e inclusive a cursos de agua superficiales que pueden tener cambios en el pH. Las columnas de humo, que se generan por corrientes convectivas o simplemente por los vientos, también transportan cenizas.
El 95% de los incendios
forestales son producidos por intervenciones humanas, siendo dentro de estos
los principales escenarios la preparación de áreas de pastoreo con fuego;
fogatas y colillas de cigarrillos mal apagadas y el abandono de tierras.
Los factores climáticos como la falta de precipitaciones, las temperaturas elevadas, el bajo porcentaje de humedad, las heladas constantes y los vientos fuertes inciden en su propagación. Por eso, debemos ser muy cautos y especialmente cuando se dan estas condiciones, para evitar que los incendios se propaguen.
Fuente: Servicio Nacional de Manejo del Fuego