La ciencia argentina llegó al espacio exterior a través de desarrollo del satélite Saocom 1B. Un nuevo hito nacional que no se detuvo a pesar de la pandemia de coronavirus. El satélite nacional Saocom 1B tuvo un lanzamiento exitoso.
El acontecimiento fue
celebrado en Tucumán por el gobernador Juan Manzur, que en su cuenta de Twitter
compartió el tweet del presidente Alberto Fernández; por Mariano Garmendia,
secretario de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Tucumán; y por Miguel
Cabrera, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la
Universidad Nacional de Tucumán quienes coincidieron que el satélite brindará
servicios valiosos para la actividad científica, productiva, ambiental y
defensa de la soberanía nacional que podrán se empleados para el desarrollo de
la provincia
El logro es el resultado
de años de investigación y desarrollo tecnológico obtenidos a través de
la confluencia de los más distinguidos profesionales de las universidades
públicas del país que trabajan en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales
(Conae) y la empresa sociedad del Estado, Investigaciones Aplicadas (Invap). La
industria espacial argentina es un modelo que trascendió los gobiernos y que,
gracias al ingenio local, es ejemplo para otras actividades tecnológicas del
país.
Luego de la propulsión
hasta el cielo de la nave que llevaba el dispositivo con la bandera argentina,
el acontecimiento fue festejado por los científicos de la Conae en Córdoba y de
Invap en Bariloche, profundamente emocionados, vestidos con sus delantales
blancos y barbijos. Misión que generó expectativas en el pueblo argentino,
especialmente en los referentes de los sectores científico productivos.
Al respecto,
Garmendia opinó: “la construcción del satélite indica un valioso desarrollo
tecnológico para el país y una continuidad de la Conae como una estructura de
desarrollo científico muy importante”.
Sobre los servicios del
vehículo espacial que será monitoreado desde suelo argentino, el funcionario
dijo: “es una herramienta que prestará servicios para la agricultura, el monitoreo
de suelos y de la plataforma marina argentina que es extremadamente rica en
recursos naturales. Argentina exporta casi la misma cantidad de proteína de
animales de tierra como de mar. Se podrá luchar contra la pesca clandestina y
servirá para la seguridad nacional”.
Analizó que el alcance
del satélite tiene en cuenta que la Argentina es un país bicontinental, con la
Antártida como una importante parte del suelo nacional que es un reservorio
invaluable con gran potencialidad que podrá ser relevado desde el espacio
con fines científicos.
Trabajo conjunto entre
la Provincia y la CONAE
Como Secretaría de
Innovación y Desarrollo Tecnológico “trabajamos en convenios para utilizar
herramientas de la Conae para conocer indicadores de la humedad de los suelos,
los recursos hídricos, mapas de rendimiento para analizar prácticas de cultivo
y áreas sustentables. Estudios y planificación de áreas urbanas, entre otras
aplicaciones”.
Agricultura satelital
Si bien en la zona
central del país, en la pampa húmeda, hay una trayectoria en el trabajo
agropecuario con información satelital, esto no tuvo su réplica en el noroeste
argentino salvo en la industria citrícola: “No estamos acostumbrados a la
agricultura satelital en el norte argentino. Sí en el limón pero creo que hay
un potencial importante para su aplicación en otros cultivos. Esto también
sirve para la gestión de áreas protegidas como el Parque Nacional Aconquija.
Esto abre posibilidades de trabajo y permitirá exportar esta tecnología
desarrollada a partir de empresas autogestionadas que son del Estado”.
Las expectativas de la
ciencia tucumana
El decano Miguel
Cabrera, ingeniero electricista y doctor en Física de la Atmósfera con una
larga trayectoria científica en el país como en el exterior, explicó que el
satélite fue diseñado para la observación de la superficie terrestre: “es
considerado un satélite grande porque tiene tres toneladas. Porta un radar de
apertura sintética. El satélite fue lanzado y alcanzó su órbita polar a 600 km
de altura”.
El académico graficó que
el dispositivo gira alrededor de la tierra de norte a sur entre los dos polos
como “un ovillo de lana que envuelve la tierra de forma elíptica. El satélite
pasa por el territorio argentino y su sistema de radar emplea una banda L, que
es una frecuencia para escaneo del terreno mediante fotos secuenciales.
Analizando el reflejo del suelo se puede saber cómo están las cosechas, la
desertización, el avance de incendios, estudiar la superficie en tierra y mar”.
Tecnología local
Cabrera detalló que la
misión Saocom permitió que la ciencia argentina exponga su potencial: “El
proyecto no es de integración de tecnología adquirida en el exterior. Sino que
gran parte de la integración se hizo en base a componentes que se fabricaron en
el país como la plataforma de vuelo, paneles solares, electrónica de
telecomunicaciones, antenas, sistemas conectorizados, trasmisores y receptores
del equipo”.
El desarrollo de
tecnología espacial propia “brinda ventajas competitivas porque se pueden
fabricar herramientas con valor agregado que generan riquezas para el país” y
señaló que si bien el satélite tiene propósitos científicos puede prestar un
sinfín de servicios para el sector privado.
Será operado desde suelo
nacional
“Para su construcción se
utilizó mano de obra argentina. Profesionales de electrónica, computación,
informática, ingeniería mecánica y desarrollo de software. Es un vehículo
autónomo controlado desde tierra con las telemetrías de las estaciones en
Córdoba y Tierra del Fuego. Las universidades aportaron recursos humanos muy
capacitados a la Conae e Invap”, subrayó.
Cabrera recordó que la
Facet, desde el inicio de Invap en la década del 80’ pasaron más de 15
ingenieros tucumanos. En la actualidad hay seis científicos egresados de la
Universidad Nacional de Tucumán que trabajan en proyectos de satélites. A su
vez, la Facultad tucumana participa en el desarrollo de antenas para otro
radar.
“Para nosotros es un
orgullo. Los recursos humanos formados en la Universidad son de primer nivel.
No hay nada que envidiarle a otros países. Doctorandos que tenemos en los
laboratorios de telecomunicaciones trabajan en Invap con proyectos que tienen
que ver con aeronavegadores comerciales que son sistemas de guiados para vuelos
comerciales”, señaló.
Por último, Cabrera
contó que Ciencias Exactas tiene un convenio de colaboración científica con
Invap para tener acceso científico a los datos. Además, la información se
gestiona a través del Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación.
Misión Saocom
Consiste en la puesta en
órbita de dos satélites Saocom 1ª –lanzado en 2018- y 1B, idénticos, que al ser
dos permiten obtener la revisita adecuada de la superficie terrestre
monitoreada, para la necesidad del usuario. Los satélites Saocom, junto con
cuatro satélites de la Constelación Italiana Cosmo – SkyMed de la Agencia
Espacial Italiana (ASI por sus siglas en italiano), integran el Sistema Ítalo
Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (Siasge), creado por la
Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y la ASI para beneficio de
la sociedad, la gestión de emergencias y el desarrollo económico.
Ambos se convirtieron en
los satélites SAR con mayor performance que existe en el planeta al momento y
es por esta razón que ha despertado mucho interés en la comunidad científica
internacional por hacer uso de los datos que se generen. Los sensores de la
antena radar del satélite tienen la capacidad de captar datos tanto de día como
de noche. También se destaca por su capacidad para ver a través de las nubes,
ya que la frecuencia utilizada por la señal de microondas las traspasa y así, a
diferencia de los instrumentos ópticos, el radar puede captar datos en
cualquier condición meteorológica.