SE SUICIDÓ EX SACERDOTE CHILENO TITO RIVERA, PROCESADO POR VIOLACIÓN

Sin perdón:

SE SUICIDÓ EX SACERDOTE CHILENO TITO RIVERA, PROCESADO POR VIOLACIÓN

El sacerdote violador Tito Rivera

El sacerdote chileno Tito Rivera (68 años) fue encontrado muerto cuando aún era investigado por la justicia por abuso sexual cometido en 2015 en el interior de la Catedral Metropolitana, un hecho que siempre negó.

De acuerdo a la Policía Civil de Investigaciones (PDI), un sobrino del presbítero hizo la denuncia luego de encontrarlo sin vida en su casa del sector sur de la capital, donde había llegado luego de pasar un tiempo sin tener información sobre él.

"Los agentes indican que se trata de una herida autoinferida, al menos tras los primeros trabajos (de investigación) y se descartaría la participación de terceros", explicó el comisario Orlando Calderón.

Algunas versiones de prensa señalan que Rivera se encontraba bajo una profunda depresión, la cual fue empeorando a propósito de la pandemia, dado que no recibió la asistencia requerida.

A través de un comunicado, el arzobispado de Santiago también dio cuenta del deceso que "se produjo en la noche de este domingo, a los 68 años de edad. Tito Rivera había presentado su dispensa sacerdotal al Papa Francisco el año 2019, la cual fue aceptada, en el contexto de un proceso penal canónico por delitos en contra del sexto mandamiento del Decálogo, con mayores de edad".

Daniel Rojas, principal víctima, presentó su acusación en marzo de 2015, cuando tenía 40 años, ante la Oficina Pastoral de Denuncias (Opade), en contra del que fuera rector de la iglesia Las Agustinas, nombrado por el cardenal Ezzati.

Rojas relató que concurrió a la Catedral a pedir ayuda para comprar un remedio a su hija enferma y Rivera lo recibió ofreciéndole un vaso de agua con una sustancia desconocida que le hizo perder el control de su cuerpo. Posteriormente, el religioso se habría avalanzado sobre él señalándole: "Lo vas a pasar rico".

El presbítero Francisco Walker, encargado de realizar la llamada "investigación previa", determinó que los hechos relatados eran verosímiles. Además, se constataron toqueteos a un seminarista y un menor de edad de 16 años, cuyas denuncias fueron archivadas sin explicación.

En tanto otra de las víctimas hizo entrega de ocho fotos en las que aparece Rivera en actos sexuales explícitos, las que se sumaron a videos caseros. Daniel Rojas contó que personalmente dio cuenta de los hechos a Ezzati, quien lo abrazó e invitó a rezar por el religioso que lo violó y, posteriormente, le hizo llegar la suma de 37 dólares.

Aun con todos los antecedentes, el entonces arzobispo sólo abrió una causa administrativa-penal canónica lo que derivó en que el religioso fuera sancionado con 14 años de suspensión de ministerio sacerdotal, lo cual no fue notificado ni al Ministerio Público ni a la opinión pública.

Tras conocerse la denuncia de Rojas, el entonces sacerdote hizo polémicas declaraciones en una entrevista de televisión, que complicaron aún más la delicada situación que ha vivido la jerarquía de la Iglesia católica chilena.

En el programa Mentiras Verdaderas afirmó que "en la Iglesia se da un ambiente favorable para las prácticas homosexuales. El vivir en comunidad, entre hombres, una especie de desprecio hacia la mujer"; "me atrevería a decir que el 50% de los sacerdotes chilenos son homosexuales" y "me arrepiento de no haberle hecho caso a mi madre, quien nunca quiso que fuera sacerdote".

En su declaración ante la Fiscalía sostuvo que al joven que lo denunció de haberlo violado, solo lo vio dos veces. Una, cuando le dio 6,5 dólares para un remedio y la segunda cuando se negó a entregarle dinero. Apuntó que el exarzobispo de Santiago, el cardenal Ezzati, tenía conocimiento de una serie de casos de abusos de sacerdotes y que la medida que tomaba era trasladarlos de parroquia e incluso a otros continentes.

Además, denunció 10 casos de abusos que no han sido denunciados penalmente, entre ellos, capellanes de Gendamería que se llevaban reos a sus casas.

También aseguró que en 2011 el Vaticano envió un protocolo en que se obligaba a denunciar a la justicia ordinaria los abusos sexuales cometidos por presbíteros. "Esta orden del Vaticano nunca se llevó a efecto, se quedó en un cajón y nunca se aplicó, seguramente porque vieron que podían haber muchos afectados. No se aplicó ni siquiera conmigo", relató. 

Fuente: tucumánhoy.com


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