Por Aldo Duzdevich* -
"EL
PARTIDO DE LOS BUENOS" Y LAS CRÍTICAS A ALBERTO
Aldo Duzdevich, autor de “Salvados por Francisco”, reflexionó con ironía sobre las críticas realizadas a la gestión del Frente de Todos.
El
encierro de la cuarentena, las horas frente a las redes sociales, nos permiten
día a día, exponer nuestros profundos conocimientos sobre una multitud de
temas, y con el poderoso instrumento del mouse, militar la revolución
mundial. Pero, además descubrimos que nuestra percepción y valores éticos son
cada vez más exclusivos. Y lo que más nos satisface, es la maravillosa libertad
de opinar en las redes, que nos hacen sentir únicos. “Alberto dijo que si hacía
algo mal se lo digamos”. Entonces ya, un mes antes que asuma el gobierno,
empecé el listado de cosas que a mí no me gustan, las expuse en las redes y
espero que Alberto me escuche a mí, y me conteste a mí.
En
aquellos años setenta, uno se sentaba con un tipo y a la tercera o cuarta frase
podía darse cuenta de que “palo” era. Estábamos los de la “tendencia” un
conglomerado que más o menos pateaba para el mismo lado. Los “ortodoxos” que
eran “Guardia” o “Demetrios”, no había más. Los “viejos del partido” . Los
muchachos de las 62. Y afuera estaban los PC, los “chinos”, los troskos del PST
o del PRT, los de Franja y allí se terminaba la cosa. Uno sabía que, putear a
Stalin ante los chinos o troskos no quedaba mal y así con todos. Había media
docena de grandes continentes políticos que tenían alguna conducción y cierto
rumbo.
Pero,
el siglo XXI inauguró primero la era de los “colectivos”. Que, en el inicio
eran grandes agrupamientos sociales que sostenían alguna reivindicación común.
Pero, pronto se hicieron cada vez más específicos, más pequeños y más
sectarios. Sin embargo “el narcisismo de las pequeñas diferencias” no se
satisfizo, ni siquiera con los “micro-colectivos”. Las redes, nos dan la
posibilidad que crear nuestro “colectivo” individual, que ya no sería
“colectivo” donde viajan unos 60 (entre sentados y parados); el individual
vendría siendo un monoplaza. Y una bandada grande de “monoplazas” constituirían
el “colectivo” de los “libres pensadores”.
La
frase preferida del “monoplaza” sería “yo no te vote para que hagas”.
Alberto debería escuchar “la voz del pueblo” (que es la mía) antes de
tomar cualquier medida. Y Alberto tal vez en un exceso de exposición mediática,
responde tuits, cartas, da explicaciones a periodistas, etc. Pero nada de eso
alivia al libre pensador monoplaza, que siempre tiene un pero más, en su
cuestionamiento siempre insatisfecho.
Lo
que no alcanzan a ver y razonar los pasajeros de los múltiples colectivos y
monoplazas, es que, la estrategia de fragmentación es tan vieja como la frase
“divide y reinaras”. Que en un país dependiente como el nuestro la contradicción
principal sigue siendo Patria o Colonia. Y que Perón en 1945 estableció primero
la unidad del movimiento obrero creando una poderosa CGT única y desde allí
convocó a un amplio arco de sectores políticos y sociales para enfrentar con
éxito las políticas del imperio.
En
2019, Cristina hizo un acto de conducción peronista. Puso a Alberto al frente
de la fórmula y le encomendó convocar a la CGT, los gobernadores, el peronismo
disperso, el progresismo alejado, e incluso parte del radicalismo. Con ese amplio
frente ganamos con el 48% de los votos y no nos sobró nada, porque Macri a
pesar de su desastre saco 40 % después de los cuatro años de demolición
política, económica y social de Macri, el programa del Frente de Todos era y es
bien modesto. 1) Un plan urgente contra el hambre. 2) Renegociar y patear para
adelante deuda externa. 3) Bajar la inflación y 4) Reactivar paulatinamente la
industria y el empleo. 5) Mejorar la redistribución del ingreso. Ahora, si
agregamos a las dificultades de origen, la catástrofe mundial de la pandemia, y
el cerco continental de gobiernos de derecha empezando por Brasil. Entonces los
ya modestos objetivos se tornan cada vez más difíciles.
Para
quienes alegan que esto es reformista o poco revolucionario, diré que estuvimos
doce años y nos fuimos con un 25 % de pobreza estructural; con un 70% de
jubilados que cobraban la mínima; sin destruir Clarín, ni otros monopolios; sin
Junta Nacional de Granos; habiendo tenido que volver a tomar y pagar deuda
externa, etc. Y a mi juicio fue el mejor gobierno que tuvimos después de Perón;
salvo por algunos funcionarios que lo destiñeron llevándose unos pesos para su
casa.
Resulta
que ahora estamos enojados con Alberto, porque patear los pagos de deuda para
el 2025, “no es solución”; porque manejó mal lo de Vicentín; porque el Congreso
todavía no saca el impuesto a la riqueza, que aclaremos son unos 3 mil millones
de dólares, que ayudan si, pero no cubren ni un mes del gasto de Anses en
jubilaciones. Porque le dice amigo a Larreta, cuando lo “revolucionario” sería
decirle “este gran HDP que tengo sentado acá”. Porque tiene que echar a Sola
que era gobernador cuando la bonaerense mato a Kosteki y Santillan.
Voy
a transcribir algo que Perón nos dijo a los jóvenes reunidos en Gaspar Campos
el 8 de septiembre de 1973. Ya se que no es cool, ni progre repetir a
Perón, pero saben que “chiques”, este Viejo hizo la única revolución triunfante
de América Latina ya en 1945. “Cada uno, dentro del movimiento,
tiene una misión. La mía es la más ingrata de todas. Me tengo que tragar el
sapo todos los días. Otros se lo tragan de cuando en cuando. En política todos
tienen que tragar un poco el sapo, pero yo no, yo hago aquí de padre eterno.
¿Por qué? Porque mi misión es esa. La misión mía es la de aglutinar al mayor
número, porque la política tiene esa técnica, acumular la mayor cantidad de
gente proclive o pensante hacia la finalidad y los objetivos que nosotros
perseguimos.(…) Yo estoy para llevarlos a todos, buenos y malos. Porque si
quiero llevar solo los buenos voy a quedar con muy poquitos (risas), y en
política con muy poquitos no se puede hacer mucho.”
Sin
embargo, siempre aparecen los que sueñan y proponen crear el “Partido de los
Buenos”. Que antes parecía mas fácil, pero ahora se nos complica, poder poner
de acuerdo tantos “colectivos”, “micro-colectivos” y “monoplazas”. Pero siempre
estamos a tiempo de hacerlo. Casi, casi, lo logramos, en el 2015. Hay que
empezar a decir desde hoy que “votamos desgarrados” a Alberto y que sino propone
un programa revolucionario mejor “vamos solos”. Y eso sí, avisémosle a
Macri que no se vaya a vivir a Italia, porque pronto le devolvemos el gobierno,
mientras nosotros el “Partido de los Buenos” cavamos nuestras trincheras para
una dura, principista y eterna resistencia.
*Autor
de “Salvados por Francisco” y “La Lealtad, Los Montoneros que se quedaron con
Perón”.
Fuente: Agencia Paco Urondo.