APUESTA AL PARADIGMA DE LA INCLUSIÓN POR SOBRE EL DEL CUPO LABORAL


Primera reunión:

APUESTA AL PARADIGMA DE LA INCLUSIÓN POR SOBRE EL DEL CUPO LABORAL


La coalición del la Liga LGBTIQ+ de las Provincias y la Convocatoria Federal Travesti y Trans de la Argentina participaron de la primera reunión legislativa para trabajar una ley nacional.

Ayer martes se realizó la primera reunión informativa sobre los proyectos de cupo laboral travesti y trans en la Comisión de la Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados de La Nación. De la reunión virtual participaron representantes de distintas organizaciones dedicadas a trabajar sobre las problemáticas de la población travesti, trans y transgénero.

 La Comisión es presidida por la Diputada, Mónica Macha del Frente de Todos.
Desde la Liga y la Convocatoria vienen impulsando el proyecto de Ley Lohana Berkins presentado por la Diputada Nacional Gabriela Estévez del Frente de Todos, y que busca dar una respuesta integral a la emergencia socio-laboral que vive la población trans y travesti, agravada por el contexto de la pandemia.

Las encargadas de llevar la voz fueron Karim Tuma, Secretaria de Identidades Trans, Travestis, Intersex y No Binaries de la Liga LGBTIQ+ de las Provinciasde y Claudia Vazquez Haro, presidenta de OTRANS. Entre los puntos salientes, establecieron que el 91% del las personas travestis y trans no tiene trabajo registrado; el 85% de las mujeres y feminidades trans y travestis ejercen o han ejercido alguna vez el trabajo sexual o la prostitución como forma de supervivencia; el 64% no tiene cobertura de saludy el 58% ha sufrido violencia por parte de las fuerzas policiales. 

De acuerdo a relevamientos de las organizaciones, la población travesti y trans tiene expectativa de vida de apenas 36 años de edad.

El documento completo:

"Mi nombre es Karin Tuma, tengo 29 años, estudio enfermería y soy una activista trans de la ciudad cordobesa de Bell Ville. Como la gran mayoría de mis compeñeres, no tengo y nunca tuve un trabajo registrado. Sin embargo, no vengo aquí a hablar a título personal. Hoy mi voz es la voz de miles de compañeres trans y travestis a lo largo y ancho del país. Hoy mi voz es la expresión de nuestra lucha colectiva por el derecho a la igualdad y la no discriminación, por el derecho desarrollar nuestro propio proyecto de vida y por el derecho al trabajo digno.

Señores diputades, nuestra población ha vivido y sigue viviendo en situación de emergencia social. El 91% de nosotres no tiene trabajo registrado. El 85% de las mujeres y feminidades trans y travestis ejercemos o hemos ejercido alguna vez el trabajo sexual o la prostitución como forma de supervivencia. El 64% no tenemos cobertura de salud. El 58% hemos sufrido violencia por parte de las fuerzas policiales. Nuestra expectativa de vida promedio es de apenas 36 años de edad.

Señores diputades, les pregunto, ¿conocen algún otro grupo social con éstas estadísticas? La respuesta la sabemos y está inscripta en nuestros cuerpos: ¡no! Claro que muches argentines han estado o están en este momento sin empleo. Pero cuando la economía mejora el desempleo para el resto de la sociedad baja. Para el resto, nunca para nosotres. Porque la discriminación que padecemos en el acceso al empleo formal es estructural. No depende de las crisis internacionales o de las malas políticas económicas de un Gobierno, sólo se ven agravadas por éstas. Nuestra exclusión encuentra fundamentos en la discriminación y el odio instalado en la sociedad durante décadas con complicidad del Estado.

Señores diputades, les pido que hagan el esfuerzo de ver a las personas detrás de los números. Cada una de esas personas es una historia de injusticia, cada une de nosotres somos el testimonio vivo de un Estado que históricamente nos ha vulnerado, discriminado y violentado. El Estado, señores diputades, tiene una obligación para con nosotres: la de reparar.

Ese camino hacia la reparación histórica empezó allá por el 2012 con la aprobación en este Congreso de la Ley de Identidad de Género. Con esa Ley el Estado nos reconoció cuidadanes otorgándonos un DNI respetando nuestra identidad y expresión de género. Sin embargo, muchas personas trans y travestis siguen sin acceder siquiera a este derecho, como sucede con las personas trans y travestis migrantes. Esto imposibilita el acceso a las políticas socio-laborales del Estado Argentino. La Ley de identidad de género fue un punto de partida necesario, está claro que falta muchísimo para un goce pleno de esa ciudadanía.

Estamos convencides de que el acceso al trabajo formal es un derecho ordenador y multiplicador. Con el acceso al trabajo registrado viene el acceso a otros derechos como el derecho a la alimentación, a una obra social, a una jubilación digna para nuestra vejez, a sindicalizarnos, y la posibilidad de acceder a otros derechos fundamentales como la vivienda. Por eso nuestros sueños se condensan en un sólo reclamo: ¡queremos trabajar! Este es el grito que se escucha en cada instancia de encuentro entre compañeres trans y travestis a lo largo y ancho del país: ¡inclusión laboral trans y travesti ya!

Desde este punto de vista, que parte desde nuestros cuerpos y experiencias, la inclusión laboral formal trans y travesti constituye el capítulo más importante de la tan postergada reparación histórica del Estado para con nuestra población. Garantizarnos el acceso a un empleo formal es la única manera de reparar décadas de violencia social e institucional, de vidas vulneradas por la discriminación y de vidas arrebatadas violentamente por el odio. Sólo con acceso real al trabajo lograremos construir otras trayectorias, otras vidas posibles, en definitiva, vidas trans y travestis vivibles.


Como decía al principio, hoy no he venido a hablar a título personal. Y no podría hacerlo cuando este momento se inscribe en una larga y persistente lucha colectiva. El proyecto de Ley Lohana Berkins de inclusión laboral formal trans y travesti que vengo a apoyar en representación de miles de compañeres de todo el país es también fruto de esa lucha colectiva. Fue trabajado en foros, encuentros y congresos durante seis años. En la campaña nacional que se organizó a su alrededor confluyen decenas y decenas de organizaciones nucleadas en la Liga LGBTIQ+ de las Provincias y la Convocatoria Federal Trans y Travesti de Argentina, que le otorgan legitimidad de origen a la iniciativa. Juntes, y de la mano de la compañera diputada Gabi Estévez, pensamos y repensamos este proyecto que, este año, ingresó ya por tercera vez en esta Cámara. Y colectivamente, decidimos llamarle Lohana Berkins, en honor, memoria y homenaje de esa gran compañera y lideresa que inspiró a generaciones de trans y travestis en todo el país.

Colectivamente también, apostamos por el paradigma de la inclusión por sobre el paradigma del cupo. No es para nosotres una mera cuestión nominal. El proyecto que impulsamos y defendemos incluye el cupo laboral en el ámbito público, pero lo excede. Entendemos que no alcanza con que algunes de nosotres podamos ingresar a trabajar en el Estado. Las empresas sencillamente no van a salir a imitar esa decisión por arte de magia. Se requiere también allí de la presencia del Estado para garantizar que nuestra inclusión laboral no se limite sólo al ámbito público. Cuando decimos que queremos gozar de nuestro derecho a desarrollar nuestro propio proyecto de vida, vamos en serio. Queremos poder trabajar en cualquier ámbito, público o privado, y en cualquier rubro, no sólo en los históricamente designados por la sociedad para nosotres, que son los más precarizados.

Pedimos inclusión laboral porque la situación de emergencia social que padecemos no nos permite aguardar la transformación cultural que va a generar a largo plazo nuestra inserción laboral en el Estado. Nuestras necesidades existen aquí y ahora, y es aquí y ahora donde se requieren las políticas públicas de incentivo económico a las empresas para que nos contraten y de apoyo económico al emprendedurismo y cooperativismo trans y travesti. Pedimos también inclusión laboral trans y travesti porque no puede ser que en el siglo XXI nuestra Ley de contrato de trabajo siga sin prohibir la discriminación laboral por identidad y expresión de género. En conclusión: cupo estatal sí, pero en el marco de una política integral de inclusión laboral formal para nuestra población.

Señores diputades, ustedes tienen en sus manos la posibilidad de transformar una de las más crueles injusticias que ha sostenido por demasiado tiempo el Estado argentino. Lamentablemente, no contamos con diputades trans y travestis que puedan hablar por nosotres y presentar proyectos por nosotres. Es un espacio más que se nos ha negado. Pero afortunadamente hoy tenemos aliades en el Gobierno y en el Congreso, como la compañera Estévez, que se han hecho eco de nuestras voces, de nuestros dolores y de nuestros anhelos. Les pedimos que estén a la altura de la historia como este Congreso lo supo estar hace no muchos años cuando puso a la Argentina entre los países más avanzados en materia de reconocimiento a nuestros derechos.

Como diría nuestra querida Lohana Berkins, cuando una persona trans o travesti entra a la Universidad, o accede a un trabajo o a un cargo en el Estado, cambia la vida de esa persona. Cuando muchas personas trans travestis lo hacen, cambia la sociedad. Señores diputades, transformemos juntes esta injusta realidad.

No pedimos ningún privilegio. No pedimos ningún derecho que ustedes no gocen. Queremos trabajar, queremos desarrollar nuestro propio proyecto de vida. Queremos ser la historia de ese niño que se transformó y fue feliz para siempre, como dice Claudia Rodríguez, la poeta trans chilena que insiste en que si niñas como yo no existen en la literatura, es porque nuestras vidas no han sido cuentos infantiles. Señores diputades, escribamos juntes otro capítulo feliz en las páginas de la historia argentina. El tiempo de la revolución es ahora, inclusión laboral formal para personas trans y travestis sin demora.

Fuente: http://www.radiokermes.com

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